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El médico que pregonará las fiestas de Valdesoto: "Es un honor"

Joaquín Cuetos, que trabaja en la parroquia sierense desde hace veinte años, considera su elección "un broche de prejubilación"

Joaquín Cuetos, ayer, en el consultorio. MARIOLA MENÉNDEZ

Joaquín Cuetos es, desde hace 20 años -se cumplirán en noviembre-, el médico de familia de Valdesoto. Así que pocos como él conocen tanto a sus vecinos, por lo que han decidido que este año sea él el pregonero de sus Fiestas de San Félix y su popular defile de carrozas. Él ha recibido la invitación como "un honor", lo que le hace sentirse "muy contento" y confiesa que hasta "casi un poco asustado".

Una vez aceptado el reto, en su pregón tiene pensado contar sus vivencias en Valdesoto. Es una forma de echar la vista atrás y reflexionar, pues acaba de cumplir 64 años y tiene el retiro casi en la puerta. Así que Joaquín Cuetos se lo ha tomado también como "un broche de prejubilación". Agradece que sea especialmente la gente joven del pueblo la que le haya elegido como pregonero.

Pensando en escribir el discurso, que leerá el viernes 11 de agosto a las 23 horas, rondan por su cabeza las anécdotas vividas en Valdesoto y quiere destacar la "parte más lúdica" de su trayectoria en esta parroquia de Siero, que es su casa. Una de las que recuerda es cuando, casi recién llegado -llevaba ocho meses en el pueblo-, en los barrios ya se habían puesto manos a la obra para construir sus elaboradas e ingeniosas carrozas, que eran el secreto mejor guardado. Se acercó a unos chavales de la peña de Les Escueles, que estaban en plena faena, para preguntarles por María Roces. Quien le respondió se interrogaba una y otra vez porque no caía en la cuenta de quién era. Hasta que uno de sus amigos le dijo: "¡pero si ye tu güela...!" No se había percatado porque era conocida como Marujina. Cuetos no lo olvidó.

El pregonero no obviará la parte sentimental que le une a los vecinos, pues por su trabajo como médico los conoce a todos. Reconoce que la "unión emocional con las familias" es fuerte tras dos décadas. "Entras en casa como uno más", comenta orgulloso. Esos lazos se estrechan después de haber apoyado a los familiares en la pérdida de un ser querido al que ha estado atendiendo. "Ese apoyo de contar conmigo, estar cerca del paciente y de la familia, muchas veces es más importante que una pastilla o una inyección", reflexiona. Es un ejemplo de los muchos que le hacen acreedor a ser el pregonero de las fiestas del pueblo y, lo que es más importante, uno más para cada una de las familias de Valdesoto, sobre todo en momentos duros, en los que la salud falla.

Antes de llegar a Valdesoto, Cuetos estuvo como médico de familia durante diez años en Arriondas (Parres), donde también dejó un grato recuerdo.

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