Si aparcar en la playa de Rodiles, en Villaviciosa, en un día de sol, es complicado para cualquiera, si además se tiene la movilidad reducida se convierte en "un imposible". Así lo describe Luis Manuel Corujo Ornia, quien el sábado vivió una desagradable situación en el arenal con tres conductores de una misma familia que se negaron a quitar los respectivos coches de la acera.
"Aprovechan los rebajes que hay en la acera para que nosotros podamos acceder y nos obligan a circular por la carretera, con el peligro que conlleva. Parece que estamos esperando a que atropellen a alguien para que se nos enciendan las bombillas", lamenta el maliayés, que en el asunto del parking ve muchas prácticas fraudulentas en Rodiles. "Hay coches sin tarjeta (la que acredita que en el vehículo viaja una persona con movilidad reducida), otros con la del abuelo que a lo mejor ya falleció, y los hay hasta con la tarjeta falsificada", enumera.
Esto no es todo, ya que sobre la acera también se ha encontrado carritos de los helados ante los que la gente se detiene, obstaculizando el paso a una silla de ruedas y también a quien empuja un carrito de bebé.
Ante esta situación, Corujo Hornia decidió el sábado llamar a la Policía Local de Villaviciosa a las seis y media de la tarde. "Dijeron que enviaban una patrulla, pero no apareció nadie", explica molesto, pues hora y media antes habían estado, según su relato, poniendo multas en la bajada a la playa, reclamados por una empresa de autobuses. El agente le dio la razón, pero para el afectado no es suficiente. "Se trata de buscar soluciones, porque nos condenan a no ir a la playa". No es un problema de número de plazas, sino de que los conductores las respeten y de que "en Rodiles haya una autoridad permanente, la población un día como el sábado es mayor que la de muchas ciudades de Asturias". El alcalde, Alejandro Vega, asegura que se multará a quien no respete las plazas y las aceras, pero aclara que no tienen medios para tener un policía destacado en Rodiles todo el día.
