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Candás no es Cangas

"Nos preguntan si se ven los Picos de Europa", dicen las técnicas de turismo sobre la habitual confusión de los visitantes al nombrar la villa

María José Fernández y Eva Gutiérrez, atendiendo a Fernando Muñoz en la oficina de turismo. I. G.

Candás, para buena parte de las personas que solicitan información en la oficina de turismo, pierde la tilde por el camino. La capital de Carreño pasa a ser una palabra llana y no aguda por arte de magia, quizá por la confusión para muchos visitantes que el topónimo tiene con el de Cangas (de Onís). "Hay algunos que nos preguntan por las vistas, que si se ven los Picos de Europa", afirma la técnica de turismo María José Fernández, que avanza además que los fallos en la pronunciación del topónimo de la villa marinera son tanto presenciales como por teléfono.

"Pues a mí decir Candas me suena hasta feo", expresa el vallisoletano Fernando Muñoz mientras solicita información sobre espacios para autocaravanas en la oficina de la calle Braulio Busto. Le atiende la otra técnico de turismo, Eva Gutiérrez. "¿Me puede dar un plano de Candas?", preguntan los turistas, a lo que las técnicas siempre les responden: "Se dice Candás".

Los visitantes, tanto por teléfono como de manera presencial, también confunden otros topónimos asturianos. A Luanco le llaman Luanca, quizá por su similitud con Luarca, y a Perlora, "Pelora o algo similar", apostilla Fernández. Las personas que demandan información en la oficina de turismo suelen preguntar por las marañuelas. "Les dan un nombre que no soy capaz a recordar, pero marañuela no es", señala María José Fernández. "Nos hablan de lo bonito que es el faro de San Antonio, del Museo Antón, y muchos nos dicen que cuando se jubilen van a venir a vivir a Asturias", explican las técnicas, que han comprobado que cada vez más los visitantes preguntan dónde degustar un cachopo. "Les hablamos siempre del marisco, del pescado, de la sardina ya que estamos en Candás, pero preguntan por el cachopo", apuntan.

Y el trabajo en la oficina de turismo cada vez va a más. Crece con los años. "El pasado año ya vimos un incremento y este tenemos mucho más", indican. Los datos hablan por sí solos. Eva Gutiérrez y María José Fernández hacen balance de los datos registrados en junio y julio y establecen una comparativa con la afluencia de visitantes durante el pasado año. En junio de 2016, un total de 604 visitantes precisaron atención en la oficina de Braulio Busto, y esa cifra subió a 793 en el mismo mes de 2017. En julio de ambos años, la diferencia es aún mayor: 2.429 personas solicitaron información frente a los 2.092 del mismo mes de 2016, un 16% más. Esos datos se refieren tanto a turismo estatal como internacional.

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