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"Cinco minutos más y no lo contamos", dice la familia de Collado (Siero) víctima de un incendio

Los Navareño dormían cuando se inició el fuego y fueron avisados por un vecino: "Si no es por él, no nos enteramos de nada"

"Si no llega a ser por el vecino, no nos enteramos de nada, porque ya estaba todo lleno de humo. Pasan cinco minutos más y no lo contamos". Así de agradecida está Evangelina Parajón y el resto de su familia a Secundino Bastián, que les salvó la vida al avisarles de que el incendio que se inició en la vivienda colindante ya estaba empezando a pasar a su casa, en Collado (Siero).

La pareja, Evangelina Parajón y Julián Navareño, y uno de sus hijos, Óscar, dormían sin percatarse del peligro que estaban corriendo. El destino quiso que Bastián rompiera su rutina en la madrugada del miércoles al jueves y en lugar de salir a pasear sobre las cinco de la mañana, como es su costumbre, fuera a tomar un café al bar de Feleches porque tenía previsto ir a dar un pésame y a la Feria Internacional de Muestras de Asturias, en Gijón. "A la vuelta ya vi el panorama", relata. Eran sobre las seis de la mañana. "Antes de la curva vi como fuegos artificiales, de los cables de la luz, y luego, llamas. Ya estaba quemando el tejado", recuerda.

"Tenemos que darle las gracias porque si no, no lo contamos", insiste la mujer, que aún ayer temblaba, con el susto en el cuerpo. También están "muy agradecidos a todos los vecinos por las muestras de apoyo". Cuando se despertaron, la vivienda ya estaba llena de humo. "Me tuvieron que echar agua para despertarme porque no reaccionaba por el humo", explica uno de los hijos, Óscar. El padre se apresuró a tratar de frenar el avance de las llamas hacia su domicilio y al negocio familiar, que tienen en la planta baja. Es el bar tienda del pueblo, Collado. Lo hizo echando agua con la manguera con la que limpian la sidra en el local.

Controló el fuego hasta que llegaron los bomberos, que estuvieron trabajando hasta las nueve de la mañana, comenta otro de los hijos, Julián Navareño, que en el momento del incendio no dormía en casa. A pesar de los esfuerzos, el humo ha afectado bastante a la vivienda y el comedor del bar, de momento, lo tienen inutilizado porque han tenido que apuntalar el techo. Julián Navareño hijo agrega que los daños se extienden también a parte de la terraza y a la pérgola que colocaron recientemente. Los destrozos pudieron ser peores, pues la parte destinada a bar no resultó afectada y ayer funcionó con normalidad.

"No pasó nada para lo que pudo haber sido, porque podíamos estar en el tanatorio los tres. Estoy temblando todavía", insiste Evangelina Parajón, emocionándose tras el susto de ver su casa llena de humo, tener que salir tan rápido como pudieron y temiendo perder sus pertenencias y lo que es peor, su negocio.

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