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Muñó, el único ramo que va "vestido" a las fiestas en Asturias, cumple tres siglos

Los vecinos recuperarán la tradición de colgar corbatas en la pieza, de 200 euros

Portadoras del ramo de Muñó, con telas. M. M.

Según la tradición oral es más antiguo el ramo de Muñó que el Carmín de la Pola. La primera documentación escrita de la fiesta sierense data de 1717, por lo que este año sus vecinos celebran al menos 300 años de antigüedad. Su logro es que la cofradía de Nuestra Señora del Rosario ha sabido mantener la esencia de su origen, lo que le convierte en el único de Asturias, del que se tenga constancia, que está preparado con tela, explica la mayordoma, Sonia Rodríguez.

Este original ramo lleva cuatro cortes de tela para poder confeccionar vestidos, otro de camisa, cuatro pañuelos de hombre, otros tantos femeninos, cuatro metros de puntilla, 16 roscones menores de hojaldre y otro grande, cuatro rosarios en honor a Nuestra Señora del Rosario, 16 manzanas y va coronado con un ramo de flores. Antiguamente se incluían también cuatro corbatas, pero no saben por qué dejaron de colocarse. Este año, coincidiendo con el tercer centenario de esta arraigada tradición, el ramo volverá a llevarlas.

Siempre fue un ramo muy cotizado y más en aquella época en la que había escasez en el vestir. Ahora, en época de abundancia, el agraciado lo puede cambiar por 200 euros. "Tenía un valor muy importante para la gente", destaca Sonia Rodríguez.

La tradición llega también a las mujeres que lo llevan. Eligen a dos, que son las romeras nombradas y se encargan de pedir para el ramo y para la fiesta religiosa en honor a Nuestra Señora del Rosario. Además, escogen a "les buscaes", que son dos amigas y las ayudarán a llevarlo en la procesión. No es necesario que lleven el traje regional, pero el protocolo requiere que vistan elegante. Suelen ir las cuatro iguales o por parejas.

El ramo sale de la casa de la primera romera nombrada y bajan en procesión hasta la iglesia. Van acompañadas por cuatro hombres, que habitualmente son sus novios. En el caso de que alguna no tenga pareja, puede llevar a un amigo. Son los tiradores porque van tirando voladores hasta que llegan al templo. Después, durante la procesión, ya no por seguridad, explica Rodríguez. Ellos son quienes cargan la imagen de Nuestra Señora del Rosario.

Como ésta es una edición especial, la cofradía ha convocado para el día 8 a las 114 romeras nombradas en todo este tiempo y que aún viven para que acudan a la misa y participen en la procesión, si su salud se lo permite. La mayor tiene ya unos 92 años. Al finalizar los actos religiosos les harán un pequeño homenaje para recordar tres siglos de historia.

La tradición manda que la romera nombrada organice un convite para el resto. Así que para recordar aquellas reuniones festivas, este año servirán una paella en el prau. "Sobre todo, la gente mayor tiene una gran ilusión por volver a juntarse con aquellos que hace tiempo que no ven y revivir la fiesta", destaca Sonia Rodríguez, para quien es un honor que la tradición del ramo de Muñó cumpla 300 años, casi como si no hubiera pasado el tiempo.

Las fiestas son en septiembre: empiezan el jueves 8, con el reparto del bollu y el vino, el juego del tesoro y verbena con DJ Andrés y Charly Teibol. El viernes repite el Disjockey -como el sábado- y actúan Los Chunguitos. El día 9 habrá concurso de tortillas y la actuación del Grupo Fusión.

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