Es la tarta de la abuela más grande del mundo. O, al menos, así parece ser, ya que no hay constancia de una gesta igual. Las vecinas de Murias (Candamo) presentaron ayer, en el inicio de las fiestas de San Agustín, un pastel de once metros de largo por 25 de ancho a base de galleta, crema, chocolate y un ingrediente secreto que no quisieron revelar. "Queríamos hacer algo distinto, que fuera de récord, y se nos ocurrió la tarta", comenta Ramonina Fernández.

Comenzaron a las nueve de la mañana y la preparación se alargó hasta las dos de la tarde. Cocinando y dando viajes a Grado a comprar al supermercado porque se quedaban sin ingredientes. "Dimos por lo menos tres viajes porque no nos lo daba", señala Lidia González. Hicieron falta treinta litros de leche entera, veinte tabletas de chocolate de hacer, 10 kilos de azúcar, 28 litros de crema pastelera, una docena de huevos frescos y veinticinco paquetes de galletas, que dieron un total de 2.500 galletas.

La tarta estaba de muerte y sirvió para acompañar, como postre, la cena del primer día de fiestas a base de costillas y criollos, y las tortillas del concurso internacional masculino que cada año celebra la localidad. En los fogones, los mismos de siempre, salvo un nuevo participante, José Manuel Díaz, quien "con buenos ingredientes caseros y a fuego lento" esperaba colocarse entre los primeros clasificados. Así fue: quedó el primero.

Por su parte, Rubén Riesco, tercer clasificado, esperaba conseguir una mejor tortilla que la del año pasado, "dejándola más cuajada, es un cambio de estrategia", señaló. Como cada año, Óscar Salas animaba la cocción repartiendo vino fresco entre los contrincantes y con la receta de siempre en la mente. Con dos docenas de huevos se presentó Rufino Rodríguez después del susto del pasado año, cuando se le rompieron los huevos. El segundo puesto fue para José Antonio González.

Murias comenzó sus fiestas patronales con mucho ánimo y buen ambiente. Hoy habrá misa, rifa de corderos y cabritos, y verbena con"K-Libre" y "Brass".