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Un abrazo de La Malagueta a Palmera

"Pasaré unos días con los que más quiero, pero habrá más viajes", dice Alberto Suárez tras cruzar la Península contra el cáncer

Alberto y Javier Suárez se funden en un abrazo en la candasina playa de Palmera, ante la ovación de los presentes. A. F. V.

Ninguna estación de tren, ni aeropuerto, ni película fue testigo jamás de un abrazo como el que ayer fundió a Alberto y Javier Suárez frente a la playa Palmera de Candás. No era para menos.

El primero de ellos, natural de Logrezana, ciudadano del mundo que actualmente reside en Málaga, llegaba a Candás tras 53 días de caminata y con 1.143 kilómetros en la suela de sus desgastadas zapatillas. No pisaba su tierra natal desde hacía más de dos años, cuando su madre falleció víctima del cáncer. Desde entonces, Alberto se había empeñado en poner tierra de por medio con Asturias, una tierra que hace algo más de dos meses decidió recorrer a pie para recaudar fondos para la lucha contra la enfermedad. Ayer consiguió suturar esa brecha y abrazarse con su padre en Carreño más de dos años después.

"Tu madre estará orgullosa desde el cielo y todos los pacientes y familiares de enfermos de cáncer, también", se escuchó entre la atronadora ovación de las decenas de personas que esperaban en el paseo su llegada. "Estoy muy agradecido a todo el mundo, a la gente que ha donado dinero para el proyecto y que me han acompañado durante este viaje", agradece el carreñense, que ha conseguido recaudar más de 6.000 euros con su hazaña, y que a ahora disfrutará de su familia y amigos en Candás: "Voy a pasar un tiempo en casa, con la gente que quiero; pero va a haber más viajes, aunque todavía no sé cuando".

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