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Macías: "Existen múltiples expedientes de disciplina urbanística en el casco antiguo"

La edil de Urbanismo está "preocupada" por el estado de la zona histórica de la Pola, por lo que se seguirán pidiendo ayudas para rehabilitar edificios

No sólo a los polesos, también a los responsables públicos del Ayuntamiento de Siero les inquieta la degradación que, desde hace años, sufre el casco histórico de la Pola. "Nos preocupa su estado, y una de las primeras ayudas que se concedieron al principio del mandato fue para la rehabilitación de los edificios. Esperamos poder seguir optando a sucesivas ayudas", destaca la concejala de Urbanismo, Noelia Macías.

Estas subvenciones sirvieron para ayudar a algunos propietarios a arreglar los inmuebles en el caso antiguo de la localidad y evitar así su irremediable ruina si no se interviene a tiempo.

Pero, así y todo, la concejalía tiene "múltiples expedientes de disciplina urbanística abiertos por algunas viviendas del casco antiguo", reconoce la edil. La mayoría son por ruina o por mal estado del inmueble. Incluso se procedió a "alguna ejecución subsidiaria" en casos en los que no actuaron los dueños del edificio afectado. Pero, con todo, Noelia Macías reconoce que es "un tema complejo" porque se trata de propiedades privadas y el Ayuntamiento está limitado a la hora de actuar para exigir el mantenimiento de los edificios. "Tenemos interés en que se rehabilite y se regenere el casco antiguo de Pola de Siero", insiste Macías, de ahí que estén pendientes de las solicitudes de ayudas que convocan el Principado y el Gobierno central. Estas subvenciones son la mejor manera de motivar a los propietarios para velar por el buen estado de estas construcciones.

El casco antiguo de Pola de Siero -donde se gestó la capital del concejo y que antaño fue el centro neurálgico por su actividad comercial, así como paso del antiguo camino real- se encuentra en proceso de deterioro desde hace unos años. La principal razón hay que buscarla en su paulatino despoblamiento, por el fallecimiento de los vecinos de avanzada edad que fueron quedando en el barrio. Por eso muchas viviendas empezaron a quedar vacías y no se rehabitaron. Otras, precisamente por estar deshabitadas, comenzaron a deteriorarse y algunos edificios terminaron en ruinas. Ante tal despoblamiento, muchos hosteleros montaron sus negocios en la zona, principalmente discobares, en antiguas viviendas, devolviendo así parte de la vida, aunque fuera nocturna, al casco antiguo. Pero con el paso del tiempo muchos de estos locales han cerrado y el barrio vuelve a quedarse sin ambiente.

Sólo hace falta dar un paseo por las calles Pelayo o Santa para encontrarse con solares tomados por la maleza y la basura, donde proliferan las ratas, según denuncian los vecinos, y con edificios viejos, vacíos y en pésimas condiciones.

Aún afean más el entorno las pintadas en las fachadas de estos inmuebles que tuvieron mejor vida. La mayoría son más reivindicativas que artísticas, por lo que deterioran más el casco antiguo de Pola de Siero.

No es extraño encontrarse hasta trastos viejos, como un mugriento sillón en la calle de Los Peligros y otro en parte del solar que en su día formó parte de el Bombé, lugar de caballerizas y cobijo para caballos y mulas. No se salva ni el edificio del siglo XVIII del Mesón Viejo, en el que se hospedó Jovellanos en su último viaje a Covadonga.

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