Mucha tristeza por la despedida, pero llenos de alegría por haber compartido diez años de vida con el sacerdote de Pravia, Francisco Donate, Paco, como es conocido popularmente. Así se sentían los doscientos pravianos que ayer asistieron a misa y a una espicha para despedir al párroco, que se jubila y quien siempre ha estado integrado en la sociedad praviana como uno más, con sotana o sin ella. "Gracias Paco, como nos hiciste llamarte, por diez años con tus labores pastorales, acercando a nuestros hijos a la palabra de Dios, homilías que han calado en nuestros corazones, cuidando nuestras tradiciones, por todo lo bien y bueno que has hecho, gracias", dijo José Víctor Martínez al final del oficio religioso.

Los parroquianos le entregaron una placa conmemorativa que emocionó visiblemente a Donate. También el Alcalde, David Álvarez, agradeció la labor del sacerdote y le hizo entrega de una placa y el diploma "Rey Silo". Un final para una misa en la Colegiata que terminó con un rotundo aplauso al párroco.

Acto seguido, los fieles acudieron al patio del Colegio San Luis para disfrutar de una espicha junto a Donate, de quien repartieron estampas en recuerdo de su jubilación, que el protagonista tuvo que firmar a más de un devoto. "Tengo mucha, mucha, mucha pena porque estoy muy acostumbrada a Paco, que es muy buena gente aunque parece muy serio, siempre está en su sitio. Le vamos a echar de menos porque estábamos encantados de la vida con él", señaló María Alegría González.

Además de pastor, Paco ha sido un amigo para muchos pravianos, como Toni Suárez: "Espero que el próximo sea tan bueno como él y no sea un cura pelmazo, la amistad que tenemos será para siempre". Por su parte, Donate agradeció cada una de las muestras de cariño, sorprendido por la cantidad de asistentes. "Ahora a descansar, me dedicaré a viajar y a la fotografía, que es lo que me gusta, aunque también me ofrecí al Obispado para ayudar en misas los fines de semana", comentó.

Pravia despide a su párroco, Paco. Un pastor y un amigo.