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Los Cabos abandona sus vegas por los daños de la fauna: "Es desesperante"

"Es un desastre todos los días, y la Administración ni nos paga ni nos deja espantar a los animales", aseguran los agricultores pravianos

César Sampedro, Rafael Rodríguez y José Antonio García, en uno de los terrenos de maíz dañados por el jabalí. S. ARIAS

"Parece que todo tiene su fin", dice resignado y triste Rafael Rodríguez Cuesta mientras observa las fincas de faba y maíz que le ha destrozado el jabalí en la vega de Los Cabos (Pravia). Como él está también José Antonio García y el resto de pocos vecinos que continúan sembrando los terrenos junto al río Nalón. Cada vez son menos, cada año un agricultor cuelga la hoz en el pajar y los terrenos quedan para la maleza. Y todo, aseguran, por los daños de la fauna salvaje y "la dejadez" de la Administración, "que ni paga los daños ni nos deja espantar a los animales", asegura García, quien junto a Rodríguez abandonará los cultivos.

"Es lo último que planto porque venir aquí todos los días y ver este desastre es desesperante", asegura Rodríguez. El maíz, a medio crecimiento, tumbado en el suelo; mazorcas medio comidas por el jabalí que rematan los melandros, cuervos que se comen las fabas y corzos que las tiran abajo. Así dicen que es el día a día para los productores de la vega de Los Cabos. "Era una riqueza, sacabas para casa y algo para vender que daba beneficio, pero ya ni para autoconsumo", añade García.

Aseguran que han probado de todo para espantar a la fauna, hasta pelos humanos alrededor de los cultivos. También les han retirado los cañones de ruido para espantar a los cuervos y afirman que hay una persecución a los vecinos. "No podemos bajar de noche con una linterna a ver el cultivo porque es refugio de caza y se pueden estresar los animales, cuando te das cuenta tienes al Seprona encima. Tampoco podemos bajar con un perro a dar un paseo, nos obligan a dejar de plantar porque no podemos protegerlo, quieren una Asturias verde y verde la van a tener, pero de matorral", comenta indignado Rodríguez.

Además, indican que llevan esperando un año el pago por los daños que se produjeron en algunos cultivos como la patata. "Tengo que reclamar lo de este año y aún no me pagaron lo anterior, hace ya catorce meses", asegura García. También alegan problemas para reclamar los cultivos en fincas arrendadas, "y cuando los pides se mosquean porque hay que coger muchos datos", dice Rodríguez.

Peor lo tiene César Sampedro, quien vive de la veiga: "Tengo que esperar a jubilarme, pero las pérdidas son constantes; incluso cuando crees que está a salvo se lo cargan, porque ensilé maíz y vi a once jabalíes encima de ello comiendo. Es desesperante".

Él aguantará los años que le quedan "como pueda", añade. Pero Rodríguez y García se van de la veiga. No volverán a plantar en los terrenos del pueblo, conocidos como una de las mejores huertas de Asturias, con la faba asturiana y otras variedades como productos estrella.

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