Los higos miguelinos están en su punto. "Este año vienen bastante bien porque hay muchos y buenos, pues hubo poca lluvia", destaca Alejandro Muñiz García, que ayer los vendía en el mercado de Pola de Siero a 2,50 euros el kilo. "Son delicados porque tiene que venir el tiempo justo, pues, si llueve, abren y se estropean, y si viene frío por la noche, se ponen duros y tampoco están bien", explica.
Para conocer si el higo está en su punto óptimo de maduración hay que fijarse en el color, que sea "un marrón claro", pues si está muy verde aún le queda tiempo en el árbol. Otra cuestión que hay que observar es la dureza. "Tiene que estar un poco blando, pero sin deshacerse", recomienda. Lo malo es que la cosecha de este delicado fruto dura solo alrededor de un mes. Pero también requiere determinados cuidados a la hora de recogerlo del árbol, pues "para traerlos al mercado hay que cogerlos por la mañana, antes de venir, y consumirlos en dos o tres días". Además, es importante tratarlos con mimo para que no se machaquen. Todos estos cuidados merecen la pena porque es un manjar.
Es, sobre todo, la gente mayor la que más "los aprecia, les gustan mucho", reconoce Muñiz. Él sostiene que los miguelinos son "los mejores" higos porque "son los más dulces y con mejor sabor, al menos para mí".
Alejandro Muñiz defiende que el higo es "un alimento muy bueno", pues, aunque dulce, "tiene azúcar natural, no refinada, y es energía instantánea". Lo tiene claro: "es un alimento energético, pero muy sano", que admite mil formas de degustarlo, aunque lo habitual es comer directamente el fruto, transformarlo en mermelada o dejarlo como higo paso. Cualquier opción es deliciosa.
