Más que tomar Oviedo, el principal objetivo de las fuerzas de la República durante la ofensiva de febrero de 1937 en Asturias era distraer al ejército nacional de la batalla del Jarama en Madrid, para que la capital no cayese en manos de los sublevados. Así lo comentó ayer Guillermo Herrero, miembro de la Asociación para la recuperación de la arquitectura militar de Asturias (Arama), durante la conferencia que impartió con motivo de las jornadas de recreación histórica que organiza el grupo "Frente del Nalón" en Candamo y que hoy, a las 18 horas, tendrán su punto álgido con la recreación de la batalla de la loma del Pando, unas de las acciones de distracción ejecutadas por los republicanos.

"La ofensiva republicana para cercar y conquistar Oviedo comenzó el 21 de febrero de 1937 con varios escenarios distintos. Fueron tres días de combate intenso en el que murieron muchos soldados y quedaron en tablas", afirmó Herrero. En concreto, la batalla de la loma del Pando tuvo lugar en una colina próxima al Naranco, en la zona oeste de la ciudad.

Una ofensiva apoyada con batallones vascos y uno de Santander que se alargó hasta la zona de Valduno (Las Regueras) y el puente de Peñaflor. "Pasaron de noche por el río para intentar cortar el pasillo a Oviedo, de haberlo logrado hubieran aislado la capital del resto del territorio nacional", precisó.

En cualquier caso, la ofensiva republicana, aunque hubiera tenido éxito, no hubiese cambiado el signo de la guerra: "Difícilmente, porque Oviedo tenía un valor estratégico pequeño; el objetivo final era distraer las fuerzas nacionales de la batalla del Jarama y tampoco se cumplió, porque quedaron en tablas", concluyó el estudioso.