En busca de sus raíces en Grado, Candamo y Pravia. Un grupo de vecinos de Tampa (Florida, Estados Unidos) ha pasado unos días en la comarca disfrutando de todo aquello que les contaron sus abuelos y padres, emigrados durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX al país norteamericano. Un viaje emocional con el que quieren establecer una relación continuada con los concejos de sus antepasados ya que son "la última generación que conoció a los migrantes", explica Anthony Carreño, presidente del Centro Español de Tampa y con raíces en Villanueva (Grado).

Todos ellos se conocen desde pequeños, ya que Tampa es la ciudad con mayor número de asturianos en Estados Unidos, sobre todo de la comarca, ubicados en el distrito Ybor de la ciudad. Unos emigrantes que partieron en barcos al nuevo continente en busca de una vida mejor, que consiguieron gracias al duro trabajo en las fábricas de tabaco. "Hubo hasta 300 fábricas de puros, algunas con mil empleados, y otras pequeñas que llamaban chinchales", detalla Carreño. En aquel tiempo, muchos asturianos también pusieron en marcha lecherías.

"La migración en Tampa fue distinta a otros lugares de Estados Unidos porque allí no entraban en un sistema existente como los que iban a Nueva York. Fueron ellos quienes fundaron la ciudad, pues Florida era un poco como el oeste, consiguieron desarrollarla hasta convertirla en la décimo octava ciudad más importante del país y la segunda más grande de Florida, fruto del trabajo y emprendimiento, por eso tenemos mucho orgullo", afirma.

Una descendiente de esos trabajadores de las fábricas tabaqueras es Sonya Peláez, quien también tiene raíces en Grado, aunque aún no ha conseguido encontrar a sus familiares. Sí tuvo suerte en Candamo, donde cuenta con parientes en Santoseso. "Es la historia de mi familia, que me sé muy bien porque mi bisabuela y abuelos me la contaron y ahora uno de mis hijos, el mediano, tiene mucho interés", señala.

También las raíces de Cathy Varon provienen de Candamo, en concreto de Cuero, donde se encontró con su primo Rafael Coalla. "Me puse a mirar papeles de los abuelos y a buscar mis raíces en los últimos años. Ayer (por el lunes) estuve con mi primo y fue muy emocionante, nunca había venido y me sentí como en casa", comenta. Volverá a Tampa para contar a sus tres nietos la historia de su familia y que sepan de dónde vienen.

Para Irene Elías Betancourt no era la primera vez en Asturias, donde tiene familia en Pravia. "Mi abuela nos leía muchas historias de España y pude seguir practicando el español porque trabajaba en una escuela y cuando comenzaron a llegar los cubanos a Florida iban a trabajar y allí seguí practicándolo", explica.

Son cuatro hijos y nietos de emigrantes en busca de su pasado en la comarca. A través del Centro Español de Tampa quieren seguir viniendo todos los años y traer a más descendientes "para mantener y reforzar las conexiones con Asturias y seguir con investigaciones sobre nuestras familias", concluyó Carreño.