El cronista oficial de Bimenes, Luis Miguel Montes Arboleya, fue el encargado de leer el pregón que inauguró ayer de forma oficial las fiestas de Nuestra Señora del Rosario de San Julián, y lo hizo con una invitación a sus vecinos: "Hay que sentirse orgulloso de haber nacido en esta tierra, de nacer en un pueblu".
El cronista dedicó sus palabras a toda la gente que de alguna manera pone su grano de arena para conseguir que las ferias no desfallezcan y que un año más sigan adelante pese a las dificultades. Montes, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, hizo un repaso de la tradición de las fiestas desde los años cincuenta del siglo pasado, cómo pasaron de celebrarse en Martimporra a San Julián. Y recordó el repique de campanas que inauguraba las fiestas, y que la nueva comisión recuperó para el día de ayer.
Asimismo, señaló que Bimenes llegó a contar con cerca de 5.000 habitantes, con cuatro minas en el concejo, que se compaginaban con la casería. Y proliferaban los chigres. Desde entonces, todo ha cambiado mucho, y se ha perdido mucha actividad. En cualquier caso, para el cronista, "lo verdaderamente crucial ye que la viega maestra de nuestra cultura permanezca: nuestros bailes ancestrales, los gaiteros y tamborileros, nuestros cantantes de tonada, los cancios de chigre, nuestra gastrononomía, nuestres costumbres, leyendes y tradiciones, en definitiva, nuestra memoria".
"Hay que defender lo nuestro, si no seremos un pueblu sin alma, y lo peor sería convertirnos en un coladeru de cultura foránea, y además gratuita. Y en el peor de los casos facer un pacto: Si quiere que promocionemos lo suyo, haga lo mismo con lo nuestro.
Tras el pregón, hubo una sesión vermú y por la tarde una carrera por la oficialidad y carrera de cintas a caballo. Otra de las novedades de este año fue la "Holi Party", una fiesta tomada de la tradición hindú en la que participaron cerca de cien jóvenes que se lo pasaron en grande lanzándose pinturas de colores. La fiesta concluyó con una verbena a cargo de DJ Nadal y el grupo Costa Norte.
