Cuando en 1959 el padre de Javier Díaz, más conocido como "Javier de Arroes", accedió por fin a comprarle un magnetofón si le pintaba la casa, al joven le faltaron segundos para agarrarse al caldero. "Nadie tenía un aparato para grabar y a mí me lo dejaba el cura de Peón, que entonces era Serafín Fernández, que tenía muy buena voz". Lo rememora el propio Javier, quien a sus 85 años lleva nada menos que 4.080 cintas grabadas con canción asturiana.
Son muchos los cantantes que acuden a él para rescatar temas (que lleva cuidadosamente anotados con fecha e intérprete) una información que, de otra forma, habría caído en el olvido.
Es "una institución" de la canción asturiana, como le describe el presidente de la Asociación de Fomento y Divulgación de la Tonada Asturiana, Marcelino Victorero. El colectivo acaba de nacer con el objetivo, entre otros, de crear un concurso de canción asturiana en Villaviciosa que lleve el nombre "Javier de Arroes", algo pendiente después de todos los reconocimientos que ha tenido. Trabajarán, además, para "crear canción nueva y formar un dúo y un cuarteto de voces femeninas", explica Victorero. Integran la directiva de la nueva asociación, además, Manuel Alonso, vicepresidente; Javier Isauro, "Xavi", secretario; José Fernando Díaz, "Pindi" (vocal) y el propio "Javier de Arroes", que será portavoz.
Durante décadas se ha estado desplazando allí donde le decían que había un buen gaitero o un cantante destacado, siempre con su grabadora en la mano. También en el bolsillo de la camisa, donde los más tímidos eran grabados cuando rompían a cantar. En este tiempo ha tenido más de veinte aparatos de grabación: "unos fueron sustituyendo a otros porque ya no encontraba piezas de recambio", explica Díaz, quien en su amplísima colección guarda desde las primeras bobinas hasta discos de pizarra, cassettes convencionales y los actuales discos.
Hace poco calculó, junto a su nieto, que si extendiera todas las cintas que ha grabado y las uniera unas a otras "pasaría de León", contando desde Arroes, pues cada casete de noventa minutos tiene 155 metros de largo. Después de tantas horas de canción asturiana, el experto concluye sobre la época actual que no conviene "abusar de las facultades", como observa que muchos intérpretes hacen al exagerar los tonos de una canción. Javier de Arroes coincide con Marcelino Victorero en que también hay que recuperar "la compostura en el escenario, la puesta en escena" y este será uno de los frentes de la nueva asociación. Trabajarán, además, para que más gaiteros aprendan a acompañar a un cantante, algo que "muy pocos" en Asturias saben hacer de los 3.500 que contabiliza el especialista en la materia. Para ello la asociación realizará un taller de voz y gaita, además de organizar actividades para niños y jóvenes con diferentes capacidades y dificultades.
"Los hay que tocan la gaita y el tambor y nadie se acuerda de ellos. Queremos que sepan lo que es un escenario y que lo disfruten, No son menos válidos", concluye Victorero.
