El estudio "33820" del pintor Alberto Mendívil en Grado, en el segundo piso de la Casa de los Arcos, quedó calcinado por completo en la medianoche del domingo después de que, presuntamente, se originase un fuego en la chimenea del primer piso del inmueble, donde vive su prima Pilar Fernández Tejeiro. Por suerte, ambos pudieron salir ilesos del edificio, uno de los más antiguos de la villa pues data del siglo XVII, si bien el estudio del pintor está totalmente quemado, ha perdido todos los materiales y una amplia colección de libros, así como obras suyas y de otros artistas de gran valor.

"Ha sido un accidente y hemos vuelto a nacer, la pérdida es irreemplazable, pero me voy a poner las pilas para empezar de nuevo", afirma desolado el pintor. Eran casi las doce de la noche cuando Mendívil estaba viendo la televisión, medio dormido, y de pronto se fue la luz. Al salir al pasillo en busca del cuadro eléctrico vio unas virulentas llamas salir de su estudio, en la galería de la vivienda. Rápidamente volvió al salón a coger el teléfono y escuchó a un joven gritando desde la calle. Era Iván Menéndez. "Volvía a casa de trabajar y vi las llamas saliendo y reventando los cristales, llamé a emergencias y le gritaba que saliera ya", explica.

"Cogí el extintor, pero no podía entrar, me la jugaba, ni siquiera podía abrir la puerta de casa por las llamas y el humo", recuerda el pintor. Al bajar aporreó durante unos minutos la puerta de su prima hasta que ambos abandonaron el edificio. "Estaba profundamente dormida hasta que lo escuché, me vestí, cogí unas cosas y logré salir", comenta Pilar Fernández.

Abajo, la ambulancia, la Guardia Civil y los bomberos del parque de Grado y La Morgal trabajaban. Allí permanecieron hasta las cuatro de la mañana realizando labores de ventilación y desescombro. Ambos les están muy agradecidos "por el trato que nos dieron, la rapidez y, bueno, todo el mundo que pasó por allí", dice Fernández, que tiene afectada la parte del techo donde estaba la chimenea.

Además, los efectivos tuvieron la delicadeza de sacar algunos de los cuadros para que Mendívil pudiera guardarlos. También permitieron al pintor recuperar algunos libros de los escombros que tiraron a la calle, parando durante unos minutos sus labores. Por todo esto, el artista está muy agradecido, ya que verlos caer fue muy duro. Mendívil consiguió rescatar algunos libros como "Historia del Impresionismo", "El Tao" y varios títulos de su querida colección de Paul Auster. Los que no pudo recuperar, aunque buscó con ansia, fueron las figuras de Buda que tenía en su estudio. "33820" era hasta ayer un espacio diáfano, lleno de luz y obras de arte, un espacio para los amigos y los recuerdos con un orden casi maniático en todos sus materiales y herramientas. Pasará tiempo hasta que Mendívil vuelva a sus dependencias, pero ya está pensando en cómo arreglar las obras. "Un buen pote y el 'Tao', que siempre me acompaña y me enseña que lo que la vida te roba te lo devuelve", concluye.