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Los barbonistas dan por hecho que habrá una única candidatura a liderar el PSOE en Siero

La agrupación, recuperada su sintonía con Oviedo, apunta a un relevo inusualmente pacífico en la secretaría general de Roberto Morís

Los barbonistas que ahora mandan en la nueva dirección de la Federación Socialista Asturiana dan por hecho que en Siero habrá una candidatura única a la Secretaría General en la asamblea convocada para el día 11 de noviembre. El actual secretario general, Roberto Morís, deja el cargo tras diez años al frente por cuestiones de incompatibilidad -ya que ocupa la Secretaría de Formación e Impulso Ideológico de la FSA- y su sustitución tiene todos visos de ser mucho más pacífica de lo que ha venido siendo habitual en las últimas asambleas del PSOE sierense en los últimos años.

Aunque no se puede descartar rotundamente hasta 48 horas antes de que se celebre la asamblea -el plazo que tienen los candidatos para presentar sus propuestas- es casi seguro que habrá una sola candidatura, y habrá de estar marcada por una sólida relación con los nuevos cargos del partido en Oviedo.

La elección de Adrián Barbón como secretario de la FSA ha beneficiado considerablemente la relación de la agrupación de Siero con el partido. Porque era un secreto a voces que la antigua dirección que encabezaba Javier Fernández no tenía buena sintonía con la agrupación de Siero. Hoy son una mayoría aplastante los que están en la asamblea de Siero que han apoyado a Barbón. Y ya se sabe que, por mucho que se diga de puertas para afuera, quien gana en los órganos internos premia a quien lo apoya y castiga a quien apostó a caballo perdedor.

La falta de química de Siero con la FSA viene de muy atrás. Porque cuando el socialista Juan José Corrales estaba al frente de la Alcaldía de Siero ya no era visto con buenos ojos desde la central asturiana. Hasta tal punto fue así que en el año 2006, con Corrales de alcalde, la comisión ejecutiva de Siero, cuyo secretario era por entonces Juan José Corriols, trató de apearlo de su carrera por la Alcaldía eligiendo como candidato al diputado regional Faustino Álvarez.

Aquella elección tenía todos los parabienes de la FSA, y hubiera acarreado una vuelta a la sintonía con el oficialismo de la asamblea de Siero. Pero les salió mal. Corrales forzó unas primarias y ganó. Corriols dimitió, y fue entonces cuando accedió al cargo Roberto Morís. Aunque el secretario general hizo más tarde una ejecutiva de consenso que recibió un amplio apoyo de la asamblea, aunando a todas las familias, la tensión con la FSA nunca se llegó a rebajar del todo.

Hubo, en el año 2010, otro hecho determinante. Corrales se estrelló ebrio con el coche oficial. Su dimisión provocó una batalla feroz con el sector del SOMA encabezado por Julio Carretero, que junto con Ángela Llende fue expulsado del partido. Finalmente, el PP se hizo con la Alcaldía y el PSOE, dividido, hubo de recomponerse. Fue entonces cuando llegó el actual consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, como candidato a la Alcaldía y, aunque en minoría, ganó las elecciones. Una moción de censura que le arrebató el sillón en favor de Eduardo Martínez Llosa, de Foro, fue muy perjudicial para el clima interno del PSOE. Porque Martínez, una vez en la oposición, aceptó el cargo de consejero y, unos meses después, un tribunal anulaba la moción de censura dándole el derecho a recuperar la Alcaldía. Al no estar de concejal ya no era posible, y parte de los socialistas de Siero no se tomaron bien el salto de Martínez al Principado.

Así las cosas, el consejero disputó la secretaría general a Morís y la perdió. Las bases dejaron claro que no estaban con la FSA, y las relaciones volvieron a su peor momento.

Ahora, sin embargo, los oficialistas de entonces están fuera de la FSA, con el poder muy mermado, y no hay una familia o un grupo con suficiente fuerza para plantear una alternativa al barbonismo.

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