Un combatiente inglés cacarea en Ortiz. Este gallo de pelea comparte jaula con otro de su especie. A su lado está una gallina de raza paduana, cuyo peinado recuerda a la estética de los años ochenta, más concretamente punk, y dos jaulas más allá dos ejemplares de bielefelder alemanas se mueven sin cesar. Son quizá las de mayor tamaño de la muestra avícola que se puede admirar hasta el domingo en la antigua fábrica de Ortiz con motivo del concurso-exposición de la pita pinta asturiana.
Emilio Martínez, presidente de la asociación por la recuperación de la raza de gallina autóctona, hace de guía de la muestra en la sección que no entra en concurso, la de especies avícolas del mundo. Y es que hay animales de países de los cinco continentes, como es el caso del pavo israelita. Especies autóctonas comparten jaula con aves nepalíes y chinas y a su lado, como si nada, cacarea una gallina africana, más concretamente, de Guinea. Todas viven en armonía; eso sí, de vez en cuando se provocan emitiendo sonidos agudos y con un "kikiriki" casi constante.
Las perdices y las codornices están a punto de salir a escena. Martínez aún las tiene guardadas en cajas. Son asturianas. A su lado, están los patos mudos, de origen español. No graznan, solo miran a las extrañas aves que tienen enfrente. "Hay que enseñar estas aves", señala Martínez en plena ruta. Las moñudas son holandesas y tienen una cresta de plumas como si fuera pelo cardado, de colores. La calzada, otra raza de gallina, también es de los Países Bajos, y la wyandotte enana, de Estados Unidos, están próximas a una pita de origen francés. La solright inglesa es plateada y también dorada. A su lado está "Alfonsín", un pequeño gallo de raza serama, de origen chino pero criado en Carreño. Es propiedad de Martínez y es muy dócil. Hay otro par de ejemplares de sedosa japonesa y kikos asturianos.
Quizá la especie más rara de la exposición es natural de Indonesia. Se trata de la ayam cemani, una gallina completamente negra, desde la cresta hasta las patas. "La cresta, el cuerpo, la carne y hasta el intestino es negro; eso sí, los huevos salen blancos", explica Emilio Martínez, que detalla también que pese al volumen de la pita indonesia el peso es "mínimo". La flechar es una de las aves más llamativas, no tiene cresta pero sí cuernos de color rojo como si fuera un demonio. "La arancana chilena pone los huevos de color verde y azul", señala el presidente de la asociación organizadora del concurso-exposición.
La gallina australop, como su nombre indica, es australiana, y también hay otro ejemplar de catalana de El Prat, gallinas castellanas, de Utrera (Sevilla) una sussex de Bélgica, y todo ello sin salir de la antigua fábrica conservera de Ortiz. "Tenemos 563 ejemplares de gallinas en general. De las que más hay es de pita pinta, que tenemos unas cuatrocientas", señala Emilio Martínez, poco antes de enseñar los canarios y periquitos y destacar que el oído y el corazón es lo primero que desarrollan estas gallinas en el huevo. Aves del mundo, uníos en Candás.
