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La pala que marcó en Candás

El año que viene se cumplirá medio siglo de la primera participación local en unos Juegos Olímpicos, en México-68, donde el piragüista Carlos Prendes compitió con el país anfitrión

Prendes remando.

Carlos Prendes es el primer deportista candasín que participó en unos Juegos Olímpicos. Fue en México, en 1968, y como parte de la sección de piragüismo del país anfitrión, eso sí, sin tener la nacionalidad del estado norteamericano. "Aún estaba en trámites la nacionalidad", indica Prendes. El candasín vivía en México desde hacía unos años, los suficientes como para vestir la camiseta de su país de acogida.

Prendes se trasladó a México por amor. Conoció a Rocío Martínez, su mujer, en 1961. La mexicana con antepasados en Candás acudió de vacaciones un verano a Carreño y desde entonces se enamoraron. "De novios 'físicos', que nos veíamos, debimos estar seis meses. El resto del tiempo nos mandábamos cartas y a los dos años decidimos casarnos. Desde la mili le mandé muchas cartas a Rocío. La cuestión salió bien, llevamos 54 años casados", explica el deportista candasín ya jubilado. El olímpico contrajo matrimonio con Rocío Martínez en 1963.

El candasín comenzó a hacer deporte siendo un niño. Jugó en el Candás juvenil de fútbol, "pero era malo". Lo intentó después con el balonmano y le fue mejor. También probó suerte con el lanzamiento de disco, peso y jabalina en categoría junior, y de hecho fue campeón de España en esa categoría en la modalidad de disco. Volvió de nuevo a practicar balonmano de portero y le decían, recuerda, que "era de los mejores de Asturias".

Aún así, en 1960, con 20 años, Prendes comenzó a dar sus primeras paladas como piragüista en Los Gorilas, con sus hermanos. "Estuve tres años de competición, llegué a quedar sexto clasificado en el Descenso del Sella. Competía en K-2 y K-4. En K-2 marcaba y en K-4 iba en la parte de atrás de la embarcación", señala el candasín, que confirma haber ganado "bastantes regatas". Al menos, así se comprueba en su casa, donde tiene guardadas infinidad de medallas, copas, trofeos y diplomas deportivos.

Ya en México, Prendes comenzó a trabajar en un restaurante propiedad de la familia de su mujer. En estas, comenzó a entrenar por su cuenta. Estaba en Ciudad de México, antes Distrito Federal. La selección de piragüismo se fijó en él y comenzaron los trámites para poder competir con la elástica de color verde que identifica a los mexicanos. "Teníamos un entrenador alemán y la primera gran prueba en la que participé fue un campeonato de América en 1966 en Canadá. Ganamos en K-4 y quedamos segundos en K-2, y dejamos boquiabiertos a los americanos, los estadounidenses no se lo podían creer. Ganamos a EE. UU, Canadá y Cuba", afirma con una sonrisa.

Al año siguiente, en 1967, hace 50 años, Prendes se convirtió también en el primer candasín que participaba en un Mundial. Fue en Berlín. "Pasamos una eliminatoria y llegamos a semifinales", señala el deportista. Eran los preparativos para los Juegos Olímpicos de 1968. La selección mexicana propuso a Carlos que se concentrara con el resto de sus compañeros antes de ir al Mundial. Por aquel entonces, el candasín y Rocío Martínez ya tenían dos hijos. "Yo necesitaba trabajar para mantenerlos, así que aceptaron que siguiera trabajando e hiciera controles mensuales. Llegué a pensar que dejaba el deporte, no podía quedarme sin trabajo", explica.

La jornada inaugural de los Juegos Olímpicos de México "fue muy emocionante". "Salimos los últimos", afirma mientras se respiga. "Llegamos a semifinales y ganamos a España, por aquel entonces no había ningún asturiano", señala.

Carlos Premdes fue el primer olímpico, y Dacal el segundo. El boxeador llegó a conseguir el bronce en 1972, en Munich. Prendes se planteó competir en Munich pero para esa fecha tendría 32 años. "Ya era mayor", indica. El olímpico y su mujer decidieron volver a Candás, echaba de menos su tierra natal. "En 1971 regresamos, seguí remando con Los Gorilas y llegué a quedar campeón en alguna ocasión. Eso sí, cuando cumplí decidí hacer atletismo para veteranos, hacía lanzamiento y corría", detalla el deportista, que sigue yendo a diario al gimnasio del polideportivo candasín para mantenerse en forma. En ocasiones ejerce de "monitor" y recomienda a los jóvenes qué ejercicios son los más idóneos para practicar.

Cuando Prendes regresó trabajó en la carnicería de su padre, Amando. "Años más tarde me independicé y monté mi propia carnicería, Carnicería Carlos, para años después abrir un kiosco, donde me retiré. Luego lo mantuvimos un poco más hasta que se retiró la mujer, que había trabajado en Albo", recuerda Carlos Prendes, que hace 50 años acudió a su primer Mundial como piragüista y el año que viene hará medio siglo que se convirtió en el primer candasín que compitió en unos Juegos Olímpicos.

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