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Les Praeres busca la Vuelta

Los visitantes del bello paraje naveto y el dueño del bar local confían en que se confirme el paso de la ronda ciclista para que arreglen la carretera

Arriba, Susana González saca fotos junto al cartel que señaliza Les Praeres. En el centro, dos vacas junto a la carretera. Sobre estas líneas, Aladino Montes besa a "Bambi" y, a la derecha, Poli Honorato, Aladino Montes, Araceli Canella, Daniel Alonso y Santiago Nogales, en el bar de Les Praeres. MANUEL NOVAL MORO

Les Praeres (Nava) , Manuel NOVAL MORO

Les Praeres, el hermoso paisaje naveto de la Sierra Peñamayor, está de actualidad gracias a su posible inclusión como final de etapa de la Vuelta Ciclista a España. Y aunque todavía no se ha confirmado definitivamente que este espacio será escenario de la épica ciclista, lo cierto es que lo ha vuelto a poner en el mapa.

Así lo confirman Susana González, de Cornellana, y Javier Álvarez, de Tineo, aficionados a la montaña que nunca habían estado allí y que se acercaron, provistos de prismáticos y cámaras fotográficas, a raíz del anuncio del posible final de etapa. Buscaban la belleza de los paisajes de montaña y lo cierto es que la encontraron. "Es incluso mejor de lo que nos esperábamos, no conocíamos esta zona y nos sorprendió mucho; además, pensábamos que estaba mucho más lejos de Nava, y lo cierto es que está bastante cerca", dice Javier Álvarez.

El único pero -el mismo, por cierto, que pone la organización de la Vuelta- es la carretera, que "no está en muy buen estado". No obstante, "una vez arriba, merece la pena", matiza.

La carretera es, precisamente, la gran lucha de Aladino Montes Rodríguez, responsable del bar de Les Praeres, que está muy contento con la aceptación que tiene la zona en toda Asturias. "Viene gente de todas partes; de donde menos hay es de Nava, pero supongo que será normal", asegura.

A su juicio, el gran valor que tendría el final de etapa, muy por encima de la publicidad que le puede dar a la zona, sería la reparación de la carretera. "Está en mal estado y llevamos mucho tiempo esperando que nos la arreglen", señala.

Porque, de otra manera, Aladino Montes tiene suficiente gente, y la Vuelta, que reconoce que sería muy buena para Nava, casi más que para Peñamayor, solo sería un reclamo añadido a otro que, desde hace cuatro años, se ha convertido en la gran atracción de Les Praeres: "Bambi", una hembra de venado que él recogió casi recién nacida y que cuida desde entonces.

"Bambi" campa a sus anchas por todo el contorno, y se deja caer cuando quiere por el bar para ver a quien es casi un padre para ella.

La gente acude a verla y se sorprende mucho de su tranquilidad, su docilidad. Es un animal muy sociable, acostumbrado a caminar entre personas.

Los venados son un importante reclamo también en la sierra, ya que es muy habitual verlos subir y bajar las pendientes de las colinas cercanas a Les Praeres. Aladino Montes, que en su día fue cazador, asegura que desde que "Bambi" forma parte de su vida no se le ha ocurrido volver a cazar. "No se me pasa por la cabeza, no pienso volver a pegar un tiro en mi vida", asevera.

En cualquier caso, con "Bambi" o sin "Bambi", con Vuelta o sin ella, Les Praeres tiene suficiente atractivo como para atraer a los aficionados a la montaña y a los paisajes naturales.

Porque es el lugar ideal para establecer un modesto "campo base" y desde allí subir al Picu Redondu o a La Barallonga, situados muy cerca y de muy fácil acceso, tanto que permite ir con niños y disfrutar, en días despejados, de una hermosa vista de la zona centro de Asturias. O ir un poco más allá hasta la zona de El Cobayu-Anes, donde hay también unas vistas de todo el entorno muy atractivas.

Peñamayor se caracteriza también por la presencia de ganado. Son muchos los ganaderos que tienen vacas en el entorno y que disfrutan, aunque de manera bien distinta, de los recursos naturales que les dan sus paisajes. Es el caso de Daniel Alonso, de Pola de Laviana, que tiene ganado en El Cantu y aprovecha para "vender" Peñamayor a sus amigos. Estos días se daba cita en el bar de Les Praeres con su mujer, Araceli Canella, y una pareja de madrileños, Poli Honorato y Santiago Nogales. Poli reconoce, encantada, que "es una zona muy guapa".

Les Praeres nunca decepciona, y tiene la ventaja de que sirve lo mismo para montañeros experimentados, que pueden recorrer desde allí numerosas rutas, como para gente que no está acostumbrada a grandes caminatas que tiene la oportunidad, simplemente, de asomarse a la montaña y respirar aire puro contemplando un paisaje único.

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