El xiringüelu y el pericote son su buque insignia, pero el repertorio de bailes que conoce la fundadora del Grupo Folclórico de Villaviciosa "Aires de Asturias", Ana María Piñera Rodríguez , es casi interminable.
La mujer, de 84 años, será homenajeada mañana con una comida en el Somió Park de Gijón. Se reconoce así su labor a toda una vida dedicada a la defensa de las tradiciones asturianas. Al encuentro acudirán 168 bailarines que en algún momento pasaron por la formación, creada hace 61 años. Por eso la galardonada confiesa que está "emocionadísima".
Piñera heredó el gusto por el folclore de su madre, Argentina Piñera. De pequeña no perdía ninguna de las romerías que se celebraban cerca de su Gijón natal. Con 14 años conoció al que sería su marido, Luis Alonso, ya fallecido, y juntos pusieron en marcha pocos años después grupos de baile en Gijón, Oles, Argüeru o Villaviciosa. "Fueron años muy guapos que no cambio por nada, de mucho viajar por el mundo", cuenta.
Portugal, Francia o Italia fueron algunos de los destinos a los que se desplazaron para promocionar la cultura asturiana. "Ahora hay muchos bailes y trajes modernos pero nosotros siempre fuimos guardianes de la tradición", señala Piñera, que puede presumir de haber llevado su arte a Méjico o Nueva York.
Madre de dos hijos, la homenajeada vive en Gijón con la menor, Elena, con quien comparte la pasión por la danza. "Animo a toda la gente a sumarse al grupo, que ya prepara su próximo Festival Folklórico Internacional de Villaviciosa con invitados de Turquía. Es importante que haya cantera juvenil", subraya. Y vaya si hay cantera: su nieto Pelayo Vigil, de 30 años, es también un enamorado del baile regional.
