Muchos avances científicos y tecnológicos que hoy son realidad eran ciencia ficción hace unos pocos años. Y todo indica que avances que hoy nos parecen casi imposibles lleguen dentro de un tiempo a ser reales. Así lo planteó ayer el investigador científico y divulgador Amador Menéndez, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, en una charla organizada por la asociación cultural Contigo en la casa de cultura "Severo Ochoa", de Noreña.

Menéndez planteó allí todas las preguntas y respuestas que expone en su libro "Historia del futuro", un recorrido por todas las disciplinas que están avanzando en la actualidad para configurar lo que será nuestra vida en las próximas décadas.

El coche que conduce solo de Google, el ordenador Deep Blue que derrotó a Kasparov jugando al ajedrez, las piernas biónicas de Hugh Herr... son algunos ejemplos de máquinas inteligentes al servicio de la humanidad. Pero ,en cualquier caso, Amador Menéndez sostiene que no hay que temer un mundo en el que las máquinas sean tan inteligentes que quieran deshacerse de los seres humanos. La razón está en que el coche de Google sólo sabe conducir y el ordenador Deep Blue sólo sabe jugar al ajedrez. Ambos profesan lo que se llama inteligencia artificial estrecha, y la aspiración de la ciencia de conseguir la inteligencia artificial general, esto es, máquinas que tengan capacidades en múltiples campos, está muy lejos de conseguirse.

Aun así, explicaba Menéndez, hay avances en campos como la energía -su propia investigación de las ventanas fotovoltaicas es un ejemplo- o la medicina que son muy esperanzadores. En este último campo, por ejemplo, se están desarrollando muchas herramientas tecnológicas para luchar contra la discapacidad, desde miembros biónicos hasta exoesqueletos, y también otros instrumentos de diagnóstico que, conectados a la red, podrán no solo curar sino también prevenir enfermedades.

Amador Menéndez, en todo caso, tiene claro que es la suma de toda la inteligencia humana y la artificial lo que más beneficiará a la humanidad en un futuro próximo. Porque tiene claro que "El siglo XXI será el de la interdisciplinariedad". El trabajo conjunto de todas las disciplinas será el que nos beneficie.