Papá Noel no tiene nada que hacer en Candás. El Farolero le ha comido la carnada. Y lo dicen los niños, que son los protagonistas de la Navidad. Algún crío sigue aún pensando en Papá Noel, pero son minoría. "Yo le pedí una canasta al Farolero", dice Hugo Fernández. "Y yo una grúa", añade su hermana Telva. Son de los primeros niños que vieron al personaje navideño candasín a su llegada al muelle. Alejandro García, que es del Real Madrid, le pidió el videojuego "Fifa18", y Diego Menéndez, un balón de fútbol. Leo González prefiere una lagartija de peluche, Abel Fernández, un "Pikachu", Aitor García, un ratón, y su hermana Amaia le pidió un vale para una malla de gimnasia rítmica. A su lado está Marián Rebollo, que caminaba como una bala con una mochila con un farolero cosido a la espalda.

Mientras tanto, "Les Ayalgues" esperaban en la Farola. Leyeron unos versos dedicados al personaje navideño que estaba a punto de llegar. Una vez allí, El Farolero habló por videoconferencia con L'Anguleru y de paso, al encender el antiguo faro candasín, marcó el inicio de la travesía del otro personaje navideño, que viaja desde el mar de los Sargazos en dirección a Asturias. L'Anguleru invitó a El Farolero a participar en su cabalgata el día 24 en L'Arena (Soto del Barco).

"Qué guay. Acabo de ver a El Farolero", gritó un niño a otro y con cara de ilusión. "Voy otra vez", añadió. Su padre le pidió que volviera, pero el poder de El Farolero es tal que el pequeño no razonaba.

Las gaitas marcaron el paseo de la comitiva desde el paseo marítimo hasta la plaza de la Baragaña. La banda de gaitas de Candás interpretó villancicos en su camino por las calles peatonales, al tiempo cientos de personas tarareaban las canciones mientras caminaban a la céntrica plaza, donde minutos más tarde tocaba proceder al alumbrado navideño. La alcaldesa, Amelia Fernández, y la edil de Cultura, Cecilia Tascón, junto a los usuarios del Centro de Apoyo a la Integración (CAI) de Candás se encargaron de darle al botón que iluminó Candás de ilusión. Y allí estaba también El Farolero, que fue fotografiado por decenas de personas. Lanzaron fuegos artificiales y con ellos algunos lloros de los niños más pequeños. Otros seguían mirando atónitos cada uno de los movimientos de El Farolero. No le perdían la pista. El Farolero aprovechó su primer día en Candás para entregar unos bombones de su marca personal a los usuarios del CAI de Candás. Lucía Blanco los mostraba orgullosa.

Y entre sueños y peticiones de juguetes pasó la primera jornada navideña en Candás, en la que vuelve a estar presente por segundo año consecutivo El Farolero, que por primera vez hizo migas con L'Anguleru arenesco para traer regalos e ilusión.