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"Tras el robo me levanto todas las noches a vigilar mi nave", afirma un afectado

Ligado al abandono de las antiguas fábricas, en la manzana de Campa comenzó a prosperar el vandalismo. Primero, con destrozos y vertidos y, posteriormente, hasta con robos. "Mientras la mueblería estaba en funcionamiento, todo iba perfectamente; pero desde su cierre ahí entra gente que no sabes qué intención tiene. Desde que me robaron, además de las pérdidas económicas, también han conseguido que todas las noches, de madrugada, me despierte para ver cómo está mi negocio", lamenta Manolo Heres, cuya fábrica, también relacionada con los muebles, comparte pared con la antigua Campa, y a quien hace "ocho o diez meses" los cacos le robaron material y le causaron daños "por valor de, aproximadamente, 50.000 euros": "El derrumbe de la antigua mueblería es una gran noticia para nosotros", dice.

Entre la antigua fábrica de Campa y el economato abandonado, una empresa especializada en la fabricación de artículos de limpieza también se muestra favorable al derrumbe de la mueblería, algo que les gustaría fuese extensible al viejo supermercado. "Desde que está abandonado sufrimos muchas humedades, especialmente en la nave y en las viviendas que tenemos encima. Una de ellas hemos tenido que deshabitarla porque, a cuenta de las filtraciones, se nos cae hasta la carga de la pared", clama David Mori, al frente de la firma, quien también teme que con el derrumbe de las otrora dependencias de Campa las actividades ilícitas se trasladen a la nave del autoservicio: "No hay mejor oportunidad para tirarlo que ahora".

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