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El misterio del quirosano en la II Guerra Bóer

El Centro de Estudios halla una carta de Braulio García, que en 1900 pidió amparo desde Johannesburgo a la Reina Regente

Una de las cartas halladas en el Centro de Estudios Quirosano. R.F.O.

El Centro de Estudios Quirosanos (CEQ) ha encontrado documentos, de principios del siglo XX, que datan la presencia de un quirosano en la Segunda Guerra Bóer, enfrentamiento que conmocionó las tierras de Sudáfrica a finales del XX y principios del XX. El documento es una carta manuscrita, del 21 de julio de 1900 datada en Johannesburgo, dirigida a la entonces Reina Regente, María Cristina: se le pedía amparo y ayuda en una detención arbitraria de una decena de súbditos españoles. Dos de esos ciudadanos son los asturianos Braulio García y su mujer Pilar Albuerne. El hombre, quirosano, fue condenado, según su relato, a dos años y tres meses de prisión por robo de maletas y por posesión de oro.

Dicha carta va acompañada de otra dirigida al alcalde de Quirós, Bernardo García Vázquez, hermano de Braulio. En ésta, del 1 de octubre de 1900, Manuel Albuerne, hermano de la esposa de Braulio, le pide ayuda al regidor. Le comunica que la mujer está libre en España, pero su marido sigue preso y le pide un oficio para acreditar la personalidad del detenido y ayudarle con su petición a la Reina Regente.

La misiva del quirosano, redactada con esmero, narra una peripecia vital en tierras de los bóers. Según su relato, se encuentra allí en 1900 cuando las tropas inglesas de Lord Roberts y el general Kitchener toman la ciudad bóer (granjero en neerlandés), colonos de origen nederlando-germánico, blancos y calvinistas, llegados en 1830.

El descubrimiento del mayor filón de oro del mundo, en territorio de los colonos afrikáners o bóers, desencadenó una emigración masiva de buscadores. Oleadas de británicos, norteamericanos y europeos llegaron a Johannesburgo. Entre ellos podría estar Braulio García.

La presión de los especuladores extranjeros y de las compañías mineras forzaron la caída del gobierno bóer. La Segunda Guerra se desarrolló entre 1899 y 1902, ganó el Imperio Británico y disolvió el Estado Libre de Orange y la República de Transvaal.

El quirosano Braulio García se encuentra en 1900 aquella ciudad, recién fundada, que en una década pasó de la nada a cien mil habitantes. En su carta de auxilio cuenta una historia con unos datos un tanto extraños. Habla de un cambio de morada debido a que el lugar iba a ser "quemado y destruido" por las tropas británicas. Se va con su mujer y los baúles a un cuarto donde había varios bultos. Su idea era partir hacia España en cuanto se normalizara la situación. Pero aparecen dos guardias que registran la estancia y le detienen.

Le acusan de robar las maletas (se supone los bultos de la habitación). "En el registro de mi baúl había dos pedacitos de oro en barras que un hombre de nacionalidad italiana nos había regalado", escribe. En un juicio, las autoridades británicas le condenan a tres meses de prisión por el robo de las maletas y a dos años por tener oro. Braulio se ampara en que ignora el idioma y la lectura inglesa y además es sordo.

En la desesperada carta, el quirosano alega que son una decena los españoles que se encuentran en situación similar a la suya. Por todo ello le sugiere a la Reina que interceda ante "la soberana de Inglaterra" y pida informes a su pueblo natal, en el concejo de Quirós. Se muestra muy angustiado por la situación de sus cinco hijos, menores de 13 años, que se encuentran en Santurce a cargo de una señora. "No puedo mandarles la mensualidad de cinco libras esterlinas para alimentos y necesidades" por ello solicita la entrada de los menores en una casa de acogida o asilo que pueda ampararles.

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