Ni la borrasca "Ana" que dejó en Villaviciosa decenas de litros de precipitaciones impidió que los vecinos de Seloriu celebraran la fiesta de Santolaya por todo lo alto. Una descarga de 3.600 voladores anunció durante dos horas la llegada a la iglesia de los nueve ramos. Abría la comitiva el de la asociación de vecinos "Playa de Rodiles" y le seguían el de los barrios de Terienzu, Espina, Olivar, Villar, Bárzana, Vega y La Busta. A estos se sumó el donado por la vecina Dolores Amores. Faltaron a la cita el de La Cai, Santa Mera y Castiellu-La Rasa.

Una serpiente, una playa en miniatura decorada con arena real o la figura de una mujer haciendo ganchillo inspiraron la decoración de alguna de las creaciones, que tuvieron que ser protegidas del temporal con plásticos. "Nunca había llovido tanto aunque si es verdad que hubo años de desfilar con nieve", explicó el presidente de la asociación de vecinos, Juan Cordera.

Las vecinas María Cordera, Silvia y Clara Villar y Yolanda Álvarez, del barrio de Vega, fueron las únicas que se atrevieron a vestir el traje de asturiana para sacar el ramo. Todas pusieron en valor la importancia de conservar las tradiciones en una fiesta que cuenta con más de un siglo de antigüedad.

Entre quienes disfrutaron por primera vez de la celebración se encontraban los jóvenes Tomás y Jon Alonso, que viven en Madrid pero tienen casa en Selorio. "Estuvo muy guapa", concluyeron.