Ilusionados y con mucha responsabilidad. El grupo de teatro "Candamo" llevará a escena la obra "Tararí" de Valentín Andrés Álvarez el próximo sábado 16 con motivo del 125º aniversario de su nacimiento. Será la guinda del pastel de las celebraciones organizadas por la asociación cultural que defiende y preserva su legado y será la primera vez que la obra sea representada en Grado por una compañía amateur. "Estamos matizando algunas escenas y machacando los actos que estamos todos los actores en el escenario, tenemos muchas ganas de representarla y responsabilidad porque es donde él nació ", explica María José Villanueva.
"Tararí" fue estrenada en 1929 en el teatro "Lara" de Madrid por la compañía de Margarita Robles y Gonzalo Delgrás, saliendo a escena en 150 ocasiones. Valentín Andrés, además de ser economista y farmacéutico, fue un escritor de la Generación del 27 con obras como "Sentimental Dancing" o "Pim Pam Pum", con los que consiguió meterse al público en el bolsillo en la época y sigue removiendo emociones a día de hoy. Y es que, según opina Villanueva, Valentín Andrés "era una persona con mucha inteligencia y avanzada a su época, y la obra trata temas que son totalmente vigentes, como los límites entre la cordura y la locura, enfocados hacia los comportamientos sociales".
La obra transcurre en un manicomio y en su patio, donde los locos se vuelven cuerdos y los cuerdos parecen locos: "Es una sátira de la sociedad", apunta Marta García, "y una forma de decir que todos tenemos ambas partes". De hecho, el personaje de Don Paco, que encarna Daniel Menéndez, lo dice expresamente en uno de los actos: "En el fondo todos somos mitad cuerdos, mitad locos; mitad personas decentes, mitad sinvergüenzas".
Una de las actrices más jóvenes, Julia Roma, de 14 años, interpreta dos papeles, y asegura que es complicado "porque tienen caracteres muy variados y es difícil meterte en algunos papeles, sobre todo el cambiar rápidamente de un registro a otro, que no tiene nada que ver, como el estar loco o cuerdo", comenta.
Una obra en la que al final del texto es difícil distinguir entre quiénes son los locos, los pacientes, y quiénes son los cabales, los médicos y trabajadores del manicomio. De ahí que haya sido compleja de montar, indica Pilar Martínez: "Representar la locura y a la vez la cordura es complicado sólo con la interpretación". Para que todo sea más llevadero tienen al profesor universitario y sacerdote de San Tirso, Javier Fernández Conde, quien ha realizado la adaptación de la obra.
De las más de dos horas de duración del texto inicial lo ha reducido a una hora y media. Un recorte en el que han desaparecido siete de los dieciocho personajes y otros han sido feminizados al ser muchas las mujeres en el elenco de actores. "Hasta ahora la representamos haciendo papel de hombre, pero es uno de los cambios que hemos hecho", comenta Jorge Estrada. Sin Conde creen que jamás podrían haber llevado a las tablas la obra, que estrenaron en las jornadas teatrales que organizan en San Tirso todos los meses de agosto.
El grupo de teatro está compuesto por un nutrido grupo de vecinos del concejo, desde los 14 a los 70 años, que desarrollan su pasión por la dramaturgia en el centro social de San Tirso, donde llevan a cabo los ensayos. También allí trabajan las escenografías y vestuarios que lucen en sus obras y para la de Valentín Andrés no ha sido complicado, "ya que es un único escenario", precisa Estrada.
"Tararí" se quedará en el cartel del grupo de teatro para siempre siendo la cabecera de sus textos dramatúrgicos. "Es nuestra obra estelar, es la más difícil. No hicimos nunca nada parecido porque el texto es complicado, por eso muchas compañías no la llevan a cabo, porque es difícil y larga", detalla Villanueva. Llevan meses de ensayos para que nada falle el próximo sábado ante el público moscón, muy expectante con el estreno del texto "andresiano". "Estamos muy ilusionados y esperamos que guste mucho a los moscones", concluyen.
