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La Matiella, la casa del bonsái

"Este mundo engancha, día a día aprendo cosas", asegura Cristina Magide, volcada en los árboles en miniatura

Cristina Magide, trabajando en un bonsái de olivo. I. G.

Cristina Magide Cancio es especialista en tanatoestética y tanatopraxis (los trabajos para dar un aspecto natural a las personas fallecidas) pero, sin embargo, su labor profesional está aparcada. Esta lucense de Fonsagrada afincada en La Matiella es una enamorada de los bonsáis, esos árboles en miniatura de origen japonés que en España fueron popularizados por el ex presidente del Gobierno Felipe González.

Magide lleva algo más de dos años mimando los árboles plantados en macetas y se ha animado a impartir un curso de extensión cultural en Candás. "Mi maestro es José Ramón Calleja, Moncho, él fue quien me enseñó todo acerca de los bonsáis", señala la lucense.

Reconoce que el mundo de los miniárboles le conquistó desde el principio. "Engancha", apostilla. Remarca que los bonsáis requieren mucho trabajo, atención y cuidados. Lo explica mientras muestra la gran variedad de árboles enanos que Calleja posee en La Matiella. "Debe haber unos cuatrocientos. Los hay desde el tamaño de un dedal hasta de casi dos metros, pero para ser un bonsái tiene que estar plantado en una maceta", recalca.

Magide defiende que su labor se centra en controlar el crecimiento, renovar los nutrientes de las plantas, podar cuando es necesario... Y tiene bonsáis de todo tipo. Tejos, manzanos con frutas del tamaño de una canica y sin pepita, ficus, camelias, acebos, olivos y así hasta contar cuatro centenares. "Día a día, estoy aprendiendo y descubro nuevas cosas sobre los bonsáis", apunta Cristina mientras muestra una variedad de olivo en miniatura, que trata con cuidado a la hora de podar las ramas sobrantes.

"El curso que espero dar a partir del 20 de enero es para aficionados, para animar a las personas a descubrir este mundo", destaca la cultivadora. Las personas interesadas en inscribirse podrán hacerlo antes del día 8 en el centro polivalente de La Baragaña. "El curso será divertido y ameno", asegura, y se impartirá los lunes, miércoles y viernes desde las 10.30 a las 12.30 horas previsiblemente con inicio el 22 de enero. Costará 90 euros y consta de 120 horas durante cinco meses de duración.

Sobre su maestro, José Ramón Calleja, solo habla maravillas. "Hizo varios cursos en Japón y conoce la cultura y cuidados de los bonsáis como nadie", indica esta mujer de 27 años que desea conseguir que una higuera y un castaño en formato mini consigan dar sus frutos.

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