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Los vecinos del barrio de El Llagarón se sienten aislados, sin buen acceso a Candás y abandonados

"Aquí nadie barre, ratas tenemos las que quieras y de limpieza ni hablamos", claman en el área residencial, que cumple 40 años

Moncha Menéndez en el cruce de acceso al barrio

En la urbanización de El Llagarón, en Candás, no hay pomaradas, pero sí muchas necesidades. Los más de cuarenta propietarios que habitan en viviendas unifamiliares critican que están "abandonados" por la administración local. Y lo ejemplifican en la falta de limpieza que genera a su vez la proliferación de ratas, en los baches que hay en buena parte de la calzada y también observan que "están aislados" ya que para acceder a la carretera general que les da acceso a Candás tienen que cruzar una transitada carretera sin paso de peatones. "Tampoco tenemos acera para acceder al otro paso de cebra. ¿Cómo vas caminando con el coche de un niño? Es un peligro para todos los vecinos", remarca Moncha Menéndez, que se erige como portavoz de los vecinos.

"Aquí nadie barre, ratas tenemos las que quieras y de limpieza, ni hablamos, cero. Y que quede claro que nosotros pagamos los impuestos como el resto", destaca Pilar Rodríguez, que se refugia de la lluvia bajo un paraguas. Moncha Menéndez corrobora las palabras de su vecina y emprende una caminata por el barrio. Mientras pasea incide en las deficiencias de esta urbanización con más de cuarenta años de vida.

En la parte baja de El Llagarón, las malas hierbas abundan. Dos caballos relinchan y pastan a su aire ante unos matos que "solo se siegan una vez al año". A pocos metros de los caballos, un bache de cuatro dedos de profundidad es objeto de las críticas de los vecinos. "Y como éste hay más", expresa Menéndez mientras conversa con Gilberto Martínez. Gilberto critica la ubicación de una señal de tráfico que "obliga a que haya que dar una vuelta entera a la urbanización". "Si la movieran unos metros, se podría dar la vuelta aquí, que hay espacio de sobra y así evitaríamos que se metiera el tráfico", remarca Martínez, que critica también la suciedad generada en los contenedores, las ratas que campan a sus anchas, sobre todo, por la parte inferior de la urbanización. "La zona de los contenedores es un foco de infección", destaca. Las malas hierbas que pueblan los bordillos también son objeto de críticas vecinales.

Moncha Menéndez dice estar harta de que los vecinos que quieren ir al centro de Candás caminando "se juegan el pellejo". "La solución pasa por habilitar un paso de peatones o bien construir una acera de cincuenta y dos metros que de acceso al otro paso", destaca Menéndez, que ya se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento para esa petición y, según muestra, esa actuación no se puede ejecutar. "Cualquier día va a haber una desgracia", señala.

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