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Advierten de que varias calles de Candás "son una pista de patinaje" en días lluviosos

"Cuando se moja el suelo, se patina, pero también hay baldosas sueltas que pueden provocar caídas", critican los vecinos

Ángela León pasea por La Baragaña, donde el pavimento también resulta deslizante en días de lluvia. I. G.

Hay calles o tramos de calle en Candás que se convierten en una "pista de patinaje" en días lluviosos. El firme resbala y los vecinos piden soluciones al Ayuntamiento con el fin de que los tramos con pavimentos más liso vuelvan a ser rugosos e impidan que, sobre todo, las personas mayores sufran lesiones por caídas o torceduras de tobillo.

Uno de los puntos negros es la plaza de La Baragaña y otro el tramo de la calle Braulio Busto, donde se ubica la oficina de turismo de Candás. También hay quejas sobre las aceras de Valdés-Pumarino, en el tramo más próximo a la plaza del Cueto. "Si colocan adoquines en vez de un firme liso se evitaría el problema", señala Virginia Potenciano, mientras pasea con su perra "Dolly" por Braulio Busto. A su lado, una mujer que prefirió quedar en el anonimato sufrió recientemente una caída en la avenida de la Constitución por la que fue operada: "Resbalas en cualquier sitio cuando cae un poco de agua".

La comerciante Begoña Artime tiene su negocio frente a la oficina de turismo y comprueba que "no hay caídas, pero sí que la gente resbala" cuando camina frente a su comercio. El calzado, dicen, también influye. "Si llevas playeros de verano con suela sintética, es probable que resbales", señala Raúl Blanco. Pocos minutos después, Ángel Luis Guijo advierte además de que los mayores son los que más sufren las consecuencias de un suelo resbaladizo. "Cuando se moja el suelo se patina, pero ese no es el único problema, también hay baldosas sueltas que pueden provocar caídas", destaca Guijo. Genaro García coincide en que el tramo de Braulio Busto "resbala mucho". Es más, camina por el extremo izquierdo de la calle para evitar posibles caídas. "Picaron el suelo una vez y ahora vuelve el problema", añade.

Ángel Fernández insiste en que las baldosas sueltas le preocupan mucho. "Se resbala por muchos sitios, las escaleras, la calle...", apunta Fernández. Mientras, en la plaza de La Baragaña Ángela León camina despacio. Tiene miedo a caer. Hace meses estuvo escayolada por precipitarse al suelo en la avenida Reina María Cristina.

Montse Mortera está en la calle Valdés-Pumarino y es de las que opinan que el calzado sí importa a la hora de resbalar. "Se resbala dependiendo del calzado, pero por si acaso, si llueve, conviene andar con cuidado", señala Mortera. Pocos metros más allá, en la plaza del Bocata, hay quien afirma que no se resbala. Y junto al Cueto vuelven otra vez los resbalones. María Menéndez se acaba de precipitar al suelo. Se ríe pero se queja de un dolor en la cadera. "Voy como una moto y eso ye lo que pasa", concluye.

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