Las sedes de Cruz Roja de la Pola y Lugones aparecían ayer con graves destrozos tras el intento frustrado de robar en ambas. Los voluntarios de la organización iban ayer a reunirse a la sede polesa cuando vieron que la puerta estaba abierta y tanto la cerradura como la verja, forzadas.

Inmediatamente llamaron a la Policía y cuando entraron se encontraron la mayoría de las cerraduras de las salas forzadas, cajones abiertos y papeles esparcidos. "Lo único que se llevaron fue una caja fuerte que teníamos allí, pero dentro no tenía nada", explicó la presidenta de la agrupación, María Aurora Lores. Sólo respetaron las salas que estaban abiertas, cuyas cerraduras no hubo que forzar. De allí se llevaron, también, un cajetín en el que la agrupación guardaba todas las llaves.

El caso es que, con las llaves en su poder, los ladrones se dirigieron a la sede de Lugones, que abrieron sin forzar la puerta. Sin embargo, los daños en Lugones fueron todavía mayores. "Fue pura venganza y ensañamiento, solo con afán de destrozar. Porque tampoco pudieron llevarse nada", explicó Lores. Y la prueba definitiva fue que en una pizarra escribieron la frase "Hijos de puta. Tenéis que dejar dinero".

En Lugones vaciaron armarios, en la oficina sacaron todos los papeles, tiraron los juegos en la sala donde se trabaja con los niños, y lo regaron todo con la espuma de los extintores y con los productos de limpieza. También causaron destrozos en uno de los sensores de la luz del baño. "No respetaron ni una sola estancia", aseguró Lores.

Ahora, la agrupación tendrá que ponerse manos a la obra para limpiarlo todo, recuperar la documentación y reorganizar ambas sedes, cuya actividad se interrumpirá esta semana. Por ejemplo, en Lugones se suspende la actividad de refuerzo educativo que recibían treinta niños.