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Alarma en Los Cabos (Pravia) al hundirse hasta 30 centímetros la carretera

"Necesitamos una solución urgente porque cada vez se acerca más a mi casa", clama Fernando Menéndez, con su terraza clausurada

Fernando Menéndez Arango mide el hundimiento de la carretera que afecta a su casa en Los Cabos (Pravia). S. ARIAS

Cada vez más y más abajo. Fernando Menéndez Arango se despertó ayer alarmado por el nuevo hundimiento de la carretera regional AS-224 a su paso por Los Cabos (Pravia), que afecta a su vivienda desde hace dos años. La terraza se hundió más y rompió el puntal que la sujetaba y ya no se atreve ni a pisarla. "Necesitamos una solución urgente porque cada vez se acerca más a la casa y vivimos dos personas", clama.

Desde hace unas semanas los técnicos de la Consejería de Infraestructuras realizan unos sondeos para medir los movimientos de tierra en busca de una solución. Según contestó la Consejería al grupo parlamentario Ciudadanos en diciembre pasado, los movimientos afectan a un tramo de 25 metros que se han ido corrigiendo con rellenos de aglomerado. Asimismo el estudio realizado hace dos años cuando se produjeron los primeros movimientos concluye que la inestabilidad se debe a la abundancia de agua subterránea que circula entre las capas de arcilla y las rocas de caliza y pizarra más profundas.

En total, la carretera se ha hundido alrededor de 30 centímetros, según los cálculos de Menéndez. "Irá a más porque parece que la obra va para largo, te sientes impotente porque nadie nos da una solución, tan sólo tenemos la carta del Consejero (Fernando Lastra) a Ciudadanos", lamenta.

En el escrito se plantean tres soluciones, desde la construcción de muro de pilotes hasta acciones combinadas de drenaje, vaciado del terreno, relleno con materiales seleccionados y muro de hinca de carriles. Y es lo que espera Menéndez, una pronta solución para evitar daños estructurales en la vivienda. "Con lo que llovió y lo que dicen que va a llover se va a mover más y más porque va filtrando el agua y cualquier día se va la casa abajo", comenta resignado.

Y es que la familia lleva esperando una solución más de dos años, cuando ya se introdujeron unos pilotes para medir los movimientos de tierra pero no se llegó a acometer ninguna obra de protección.

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