En Villaviciosa siguen apareciendo nuevos nidos de avispa asiática (Vespa velutina). Si ya habían sido avistados en Argüeru y Candanal, en las últimas semanas se han podido ver nuevos nidos en Fuentes y en Puelles. Los vecinos se muestran preocupados. Agustín Roces, de Puelles, se muestra muy sorprendido: "Estoy impresionado, nunca había visto ninguno, y no me imaginaba que pudiera ser tan grande, puede ser de casi 40 centímetros. Paso a menudo por aquí y se ve muy bien al estar los árboles sin hojas".

El enorme nido está situado en un castaño al lado de un camino entre el Monasterio de Valdediós y el barrio de La Viña. "Lo que más me asusta es verlo a pocos metros de altura y que las avispas puedan estar tan cerca; da un poco de miedo", añade Roces.

El otro nido en Fuentes se encuentra en la zona de Vistalegre. Tras el aviso, el Principado envió a técnicos para proceder a su eliminación.

Precisamente es un vecino de Villaviciosa uno de los mayores expertos asturianos en la avispa asiática. Juan Prado es ingeniero agropecuario, jubilado de profesor de ganadería de la Granja Escuela de Luces y ahora coordinador de la plataforma Stop Velutina de Asturias.

Estos últimos días, Prado recorre diferentes lugares para dar charlas, talleres y colocar sus "trampas selectivas" para este avispón. En Fuentes colocó uno días atrás: buscó un árbol con flor, en las cercanías del nido eliminado, con la intención de cazar las reinas que hayan sobrevivido.

"Llegó a Asturias por dos frentes, el occidental que nos venía de Galicia, y el oriental que nos llega desde Francia, donde originalmente llegó a Europa en el año 2004", explica el experto. "La Vespa velutina, por ser muy prolífica supone un grave problema medioambiental. Sirva como anotación que en 2004 sólo llegó a Burdeos una única reina en estado de hibernación, madre de toda la invasión europea. Es muy voraz también".

El Principado recomienda instalar trampas para combatir la avispa. "Ahora en primavera las reinas fundadoras de la avispa asiática empiezan un nuevo ciclo que en otoño dará lugar a un enorme avispero. Estas avispas son fácilmente reconocibles: bastante grandes, negras por arriba, con calcetines amarillos".

"Con una simple botella de plástico agujereada en su parte superior ya puede servir la trampa, pero puede hacerse más selectiva", indica el experto. Consiste en una botella con entrada para el avispón, que entra atraído "por una mezcla con 2 partes de zumo dulce, 2 partes de cerveza negra y una parte de vino blanco, a lo que añadiremos un chorrito de vinagre a modo de conservante".

La botella ha de estar en una zona soleada y con flores. y hay que renovar su contenido cada dos semanas. "No nos olvidaremos de retirarla en mayo o en cuanto cacemos una avispa europea". El límite para ponerlas, el 31 de mayo.