La Semana Santa dio su primer paso ayer con la lectura del pregón, que corrió a cargo de Francisco Vázquez, exalcalde de La Coruña y exembajador de España en la Santa Sede, entre otros cargos. Una persona de profundas raíces religiosas, "muy preocupada por el tema femenino", como señaló la periodista y escritora María Teresa Álvarez, encargada de su presentación. La escritora candasina destacó que Vázquez y su esposa "llegaron ayer a Candás para conocer nuestro pueblo, pasear por él y rezar a nuestro Cristo marinero".

Comenzó el pregón Francisco Vázquez recordando a su padre asturiano, de Castropol, y a su abuelo, tras cuya muerte por la gripe, en 1917, "la familia regresó a sus raíces orensanas". Y proclamó que ser pregonero "no es ajeno a mi papel de alcalde o embajador, anunciando decisiones o cantando las alabanzas de los gobiernos", en cada uno de los respectivos cometidos.

El exregidor hizo un repaso de la Historia, deteniéndose en un personaje que contribuyó a traer a Occidente los ritos de la pasión de Tierra Santa, Eteria, con raíces en el noroeste peninsular.

Francisco Vázquez recordó su época de monaguillo, "tiempos de pasión y recuerdos de infancia", tiempos en los que "la familia reunida visitaba al menos siete glesias". Y enlazó aquella Semana Santa en La Coruña con la de Candás, "que rinde homenaje a las vírgenes, a las Marías que reflejan el infinito dolor de la muerte de un hijo".

"La Virgen del Rosario camina sola por las calles de Candás, sin un sollozo, sin un gemido", relató el pregonero. Una época en que "el fervor sale a las calles" y se escucha "la Salve marinera, la oración de los pescadores".

"Nada aquí en Candás puede resultar ajeno a nuestras raíces cristianas, la fe de la Semana Santa es la expresión del infinito amor de Dios por los hombres", concluía en su alocución Francisco Vázquez, repasando en el final la importancia de la fe cristiana en las tierras de Filipinas y América. Y la importancia en la villa de Candás, que esta semana se llenará de fe.