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"Lo perdí todo, salvé la cartera y el móvil", dice tras arder su casa en Siero

"Desperté justo a tiempo", se consuela Benjamín Álvarez, carpintero de El Lugarín, que se quedó sin hogar y sin trabajo: tenía el taller en la vivienda

Benjamín Álvarez, a la izquierda, junto a un vecino, mira desolado los restos de su vivienda, ayer por la mañana en El Lugarín. MARIOLA MENÉNDEZ

"Ahora no sé qué hacer", se lamentaba ayer Benjamín Álvarez viendo cómo sus pertenencias habían quedado reducidas a cenizas, a pesar de saberse afortunado por haber librado de la furia del fuego que en la noche del lunes devoró su casa en El Lugarín (Siero). Pero esta suerte no consuela lo suficiente después de haberte quedado con lo puesto. No logró salvar "nada", únicamente "el teléfono y la cartera", apuntaba ayer por la mañana, resignado, mientras los bomberos aún trabajaban en el enfriamiento de la casa.

Las llamas no sólo arrasaron con la parte destinada a vivienda, también la zona que tenía habilitada para taller y almacén para la herramienta. "No quedó nada", lamenta este carpintero, sin tener muy claro cómo va a tirar para adelante y aún con el susto en el cuerpo.

Benjamín Álvarez estaba durmiendo cuando se inició el voraz fuego que en poco tiempo calcinó por completo la casa, de dos alturas, ubicada en el número 8 de Camino de La Vallina, en El Lugarín. Sólo quedaron en pie las cuatro paredes, el resto se colapsó. La actuación de los bomberos impidió que las llamas se extendiese a otros inmuebles anexos.

"Empezó a arder por el tejado, debió producirse un cortocircuito en el desván", apunta el hombre. "Desperté con el ruido, porque empezaron a caer tejas", agrega el carpintero. "Cuando desperté vi claridad y me di cuenta de que había fuego. Salí, pero vi que había dejado el teléfono en la habitación. Entré otra vez y creo que tardé dos segundos en cogerlo", explica el afectado. Este carpintero sospecha que el aislamiento de poliestireno extrusionado de la vivienda pudo avivar el fuego y provocar que ardiera tan rápido.

"Desperté justo a tiempo. Si tardo cinco minutos más?", reflexiona Álvarez, aún tratando de digerir lo ocurrido. "Fue rapidísimo", recuerda el carpintero. En seguida llamó al servicio de emergencias 112. Eran sobre las doce y media de la noche. Mientras llegaban los bomberos intentó sofocar las llamas. "Traté de enchufar una manguera?", pero poco pudo ya hacer contra el fuego que arrasó con su vivienda. Hubo que esperar a que llegaran los bomberos, con base en los parques de La Morgal y San Martín del Rey Aurelio, para controlar la quema. La fortuna es que no hubo que lamentar ninguna víctima o heridos. Ayer por la mañana seguían trabajando en la zona.

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