Nuevo robo en Lugo de Llanera y, otra vez, en un establecimiento hostelero. La "suerte", mala, le tocó en esta ocasión a la cafetería Blanco, de la calle José Manuel Bobes. El modus operandi de los cacos fue el ya habitual en los robos que se suceden en la localidad: dos cacos rompen una luna con una tapa de alcantarilla, desvalijan la caja fuerte y la registradora y huyen por pies. Mientras tanto, los empresario se confiesan "hartos": "Queremos seguridad de una vez por todas".
Los hechos tuvieron lugar a las 4.15 horas del martes. Según se pudo ver en la grabación de seguridad del establecimiento, dos encapuchados reventaron con la tapa de una alcantarilla una luna de la cafetería, por la que accedieron a su interior. Una vez dentro reventaron una máquina tragaperras, de la que cogieron la recaudación, y también se llevaron el dinero que había en la caja registradora. En menos de un minuto los ladrones ya habían emprendido la huida.
"Estoy harta. Ya ni enfadada. No puede ser que no haya seguridad en este pueblo. Todas las semanas pasa algo, siempre hay robos y nadie hace nada. Esto no puede ser", lamenta Diana Blanco, propietaria del establecimiento, en el que los cacos hicieron acto de presencia por última vez el pasado diciembre y que en 2017 fue asaltado en cuatro ocasiones.
Además, la hostelera también denuncian "la tardanza" de los agentes de la Guardia Civil. "Desde que se les avisó hasta que llegaron pasaron 40 minutos porque venían de Luanco. Eso no puede ser. ¿Por qué no vienen de Siero o de Oviedo? No tiene sentido", clama la empresaria.
Este es el cuarto robo en establecimientos hosteleros de la localidad desde el 12 de marzo. La tercera semana del mes pasado fue especialmente fértil para los amigos de lo ajeno, que lograron asaltar tres establecimientos. Desde entonces parecía que la paz había vuelto a Lugo, pero ayer se volvió a ver que no: "Aquí siempre estamos así".
Coche robado
El lunes fue recuperado en Lugo de Llanera un coche que había sido robado. En su interior fue hallada una tapa de alcantarilla. Se sospecha que el automóvil fuese a ser utilizado para asaltar un establecimiento en la localidad y que, por causas desconocidas, los cacos se vieron obligados a deshacerse de él.
