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Sánchez-Andrade: "La igualdad no es un estado natural, es una aspiración moral"

El astrofísico asturiano sostiene en Noreña que "tenemos un sesgo negativo del mundo; hay desigualdad, pero mucha menos que antes"

Bruno Sánchez-Andrade, en Noreña MANUEL NOVAL MORO

El doctor ovetense en astrofísica Bruno Sánchez-Andrade Nuño, vicepresidente de la empresa de satélites Impacto Social, comenzó ayer su charla en Noreña con una encuesta, basada en una idea de Hans Rosling, en la que el público debía valorar cinco variables: cuántos niños creen que habrá en el mundo dentro de cincuenta años, cuánta gente no sabe leer en la actualidad, el número de niños nacidos por mujer, cuánto ha crecido o disminuido la pobreza extrema y cómo está distribuida la población del mundo.

La conclusión de la encuesta fue que, en general, "tenemos un sesgo negativo en nuestra visión del mundo", y esto es algo que ocurre no solo en el salón de actos de una casa de cultura, sino también entre científicos y personas con alta cualificación, y en gente con menos preparación. En general, creemos que el mundo va peor de lo que va". Así lo demostró con datos el científico en la charla, organizada por la asociación Contigo bajo el título "Pobreza mundial y la promesa de la revolución digital".

Un ejemplo es el de la pobreza extrema. La mayoría del público creía que había aumentado en los últimos años, cuando la realidad es que se ha reducido a la mitad. "Aunque todavía hay pobreza y desigualdad, el mundo está mejorando mucho; hay muchos problemas, pero había muchos más antes", sostuvo Sánchez-Andrade, "Asturiano del mes" de LA NUEVA ESPAÑA, que dijo asimismo que no se puede pensar, en términos de pobreza, "en nosotros y ellos. La imagen que tenemos de que hay un tercer mundo no es real".

Por otra parte, señaló que "la igualdad social no es un estado natural que hemos roto, es una aspiración moral". Para Sánchez-Andrade, "el estado natural es muy bruto, es tener cinco hijos y que nos mueran tres, pero gracias a los avances y a la higiene hemos conseguido superarlo". Por eso precisamente, porque no es un estado natural, "tenemos que luchar contra la desigualdad, moralmente es nuestro deber que sea menor".

En España hay desigualdades, es cierto, y el científico cree que "tenemos que luchar contra las desigualdades que hay aquí, pero también contra la que hay entre España y otros países".

Para hacerlo, los científicos y tecnólogos tienen, a su juicio, una oportunidad. La cuarta revolución industrial, la de la tecnología digital, nos podría dar herramientas muy buenas para conseguirlo. La tecnología puede traer innovación, eficiencia e inclusión, pero advierte también de que, si no la controlamos adecuadamente, puede también traer concentración, desigualdad y exclusión. En este último caso, se beneficiarían de la tecnología unos pocos en detrimento del resto, y la desigualdad aumentaría.

Sánchez-Andrade confía en la ciencia y la tecnología para ayudar a que la gente viva mejor. Pero, a su juicio, lo importante es que los científicos no se queden con la parte académica. "No basta solo con entender el problema, sino también darse cuenta de la realidad cultural, histórica o religiosa que trae también", dijo. En muchos casos, como por ejemplo el cambio climático, "es muy fácil decirlo, pero muy dificil hacerlo; lo importante es que el científico compagine lo académico con el mundo real", porque si no lo hace el problema se enquistará.

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