"Tifón" y "Brisa", un pastor belga malinois y una labradora, rastrearon, ayer, la zona de Condado de Noreña y el parque de Los Riegos en busca de veneno. los perros pertenecen a la Unidad Canina de Detección de Veneno de la Consejería de Medio Ambiente, a la que acudió el Consistorio después de que los dueños de un can denunciaran en la Policía Local que el animal había muerto envenenado, lo que acreditó un informe veterinario.

Además, el concejal de Seguridad Ciudadana, Pelayo Suárez, apuntó que hay otro perro que ha podido ser víctima de una intoxicación similar, aunque aún no está confirmado, por lo que Noreña está en alerta ante la posibilidad de que alguien haya colocado cebos para los canes. Pero la unidad canina no encontró ningún rastro. Su responsable, Wenceslao Fernández, explica que siempre trabajan con agentes de la autoridad porque si encuentran alguna muestra tiene que realizarse el levantamiento de ésta y proceder a una cadena de custodia para que tenga valor como prueba. "Lo que hay que hacer es denunciar", recomienda. El mismo consejo da cuando un animal moleste, antes de "tomarse la justicia por su mano" y optar por el envenenamiento, porque "es un atentado ecológico" y puede llegar a afectar hasta a cinco animales debido a la cadena alimentaria. Las aves son las grandes perjudicadas. Fernández indica que los venenos más utilizados son la estricnina y los carbonatos.