Candás vivió ayer una jornada especial, con el homenaje a las mujeres de las conserveras (muyeres de la bodega) y el hermanamiento con otra villa de marcada raigambre marinera y, además, también conservera, San Juan de la Arena, en Soto del Barco. De la mano de la asociación Candás Marinero, las dos localidades estrecharon lazos en una tarde soleada y de muchas emociones.

A las cinco de la tarde, autoridades y vecinos de San Juan de la Arena, encabezados por el teniente de alcalde de Soto del Barco, Francisco Javier García, llegaron a las puertas del Ayuntamiento de Carreño, donde fueron recibidos por la alcaldesa, Amelia Fernández, y miembros de la corporación. De allí partieron hacia la antigua fábrica de Ortiz, donde se descubrió una placa en recuerdo del hermanamiento entre las dos villas. Angelita Martínez y María Esther Vega, "Mujer del año" en Candás, fueron las encargadas de descubrir la placa. La quinta ya, tras los hermanamientos anteriores con Luanco, Puerto de Vega, Lastres y Luarca.

Allí estaban las homenajeadas: Josefa Suárez, Maximina Rodríguez, Delfina González, María Esther Vega y Etelvina Rodríguez, las más veteranas de las mujeres de la bodega, que compartían recuerdos.

"Había mucho trabajo, pero no había horarios. Había que ir cuando había pescado", explican. Josefa Suárez, "La Cervera", recuerda que cuando empezó en la bodega cobraba "1,50 pesetas al mes", una ayuda necesaria en unos hogares que dependían de la mar. Y la mar "no tenía sueldo; si había pescado, había dinero".

Una vida dura en la que "tenía media hora para salir a dar de mamar", dice "La Cervera", pero de la que también sacaron alegrías y fiesta. "Salíamos a comer presumiendo de mandil y con madreñas", narran entre risas. Ahora ya hay achaques, pero no falta el humor: "Menos la regla, tengo de todo", ríe "La Cervera" a sus 94 años.

En el Teatro Prendes recibieron homenaje con actuaciones de dos cantantes: Vicente Díaz, de San Juan de la Arena, y Pipo Prendes, de Candás. De dos coros, San Pedro, de Soto del Barco, y el de la Bodega, de Candás. Y el cariño de sus dos pueblos: Candás, de siempre, y San Juan de la Arena, desde ahora.