La bicicleta eléctrica ya no es sólo para pasear ni su uso se limita principalmente a los circuitos urbanos. Ha pegado un gran salto a las de montaña y carretera. Los expertos dicen que ha llegado para quedarse, y el éxito se debe a dos razones. Por un lado, se ha incrementado la franja de edad de los ciclistas, que agradecen esta ayuda cuando ya no son tan jóvenes o padecen alguna dolencia. Por otra parte, la falta de tiempo de una sociedad demasiado estresada se convierte también en un buen aliado de estos vehículos.

En uno de los stands de la Feria Nacional de Ciclismo Bicispace, que este fin de semana recibió en Lugones a más de 10.000 visitantes, estaba el catalán Pedro Camps, de Camdaubikes, con el modelo eléctrico "más ligero del mercado", pues si la mayoría rondan los 24 kilos, ésta pesa 19,9. Es una característica valorada por los usuarios, pues "la mayoría de los fabricantes piensan en dos ruedas y un motor y no en el pedaleo". Pero también fue una de las más caras de Bicispace. Cuesta 9.999 euros.

"Cuando no estás muy entrenado, las subidas cuestan. Así que el motor es una buena asistencia al pedaleo, porque te ayuda, pero no lo hace por ti. No es una moto de gas", explica. "Está pensado para ayudarte en las subidas", añade. Por lo que es una propuesta interesante cuando se van cumpliendo años, no se está del todo en forma o hay alguna dolencia, por ejemplo, del corazón. Eso sí, "no haces menos esfuerzo", matiza Camps, pues si con una normal se recorren una media de 30 kilómetros, este aporte anima a realizar 60, esgrime. Así que, justifica, "terminas agotado también".

Añade que la bicicleta eléctrica es igualmente interesante para los ciclistas que compiten en enduro a la hora de entrenar los descensos, pues les permite subir más rápido y en más ocasiones que si fuera una normal.

"La bicicleta eléctrica es una categoría más, no sustituye a la convencional. Cubre una necesidad y un nicho de mercado más", explica Camps de un sector que tiene cada vez más una mayor especialización y donde se maneja "altísima tecnología, como en la Fórmula 1 o las motos GP", destaca el catalán.

Néstor López es responsable de Pon Bike para España y Portugal y reconoce que se incrementa la venta de bicis eléctricas, aunque donde más cuajan es en Holanda y Alemania, sobre todo como medio de transporte. Pero aplicadas al deporte tienen la ventaja de que "puede usarlas cualquiera". Explica que "antes, la de montaña estaba limitada por la edad y había que estar en forma", por lo que han venido a "democratizar el uso de la bici de montaña", a pesar de las enfermedades, la edad o el poco tiempo disponible para hacer deporte.

Es el caso de Luisa García y Manuel Antonio Álvarez Buylla, que a sus 59 y 62 años son dos amantes del ciclismo. "Necesitamos algo que nos ayude", reconocen, pero lamentan el precio, que oscila entre los 1.300 y 6.900 euros, apuntó López. Del millón de bicis que se venden al año en España, el 80% son de montaña.