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"Bono", un perro con buena pata

"Estoy encantado", dice el llanerense que adoptó un can que encontró tirado en la carretera tras ser arrollado por un tren

"Bono" (derecha) y "Samba" en el domicilio de Saldaña.

Quién le iba a decir hace unas semanas a "Bono", un perro ratonero abandonado, que haber metido la pata en la vía del tren cuando pasaba un convoy iba a ser la suerte de su vida. Y es que a este can, "seguramente un cruce de varias razas", se le cruzó su ángel de la guarda instantes después de haber esquivado, seguramente por centímetros, la muerte. Ese salvador, casi divino, se llama Jairo Saldaña y es vecino de Lugo. Fue él quien rescató al pobre chucho de una muerte segura y, días después, quien le dio un nuevo hogar, "del que ahora es el dueño".

Todo empezó "hace unas semanas", en una fecha que Saldaña no acierta a recordar. Caminaba junto a su pareja por la carretera a Villabona cuando, a un lado, en la cuneta, vio un bulto extraño que le llamó la atención. "Me acerqué y vi que era un perro. Y no sólo eso, sino que tenía una pata cortada, seguramente por el tren", evoca el llanerense.

Tras comprobar que el can se encontraba vivo, Saldaña no dudó en llamar a la Policía Local. Tras largas gestiones y verificar que no tenía chip, el animal fue trasladado por una protectora de animales, "donde quién sabe lo que le iban a hacer, igual ponerle la inyección letal directamente".

Poco le duró la duda a Saldaña. Al día siguiente recibió una llamada telefónica. Eran de la protectora. Iban a operar al chucho y se lo ofrecían en adopción. "No dudé, les dije que sí directamente", repite con la misma contundencia con la que decidió hacerse cargo del chucho.

Tras pasar por quirófano, una intervención de la que se hizo cargo el Ayuntamiento, "Bono" -que todavía no tenía nombre- llegó a su nuevo hogar en Lugo de Llanera, del que "ya es el jefe". "Pasó unos días de recuperación en los que no lo podía sacar de paseo, pero ahora está perfectamente", enfatiza Saldaña, el "ángel de la guarda" del can, que tiene en "Samba", una american sttaford que ya tenía el llanerense, su mejor compañera de juegos.

"Juegan con la pelota y se llevan muy bien. De hecho, 'Bono' le quitó a 'Samba' su sitio de dormir el primer día y no hubo problemas. Le hemos puesto uno nuevo a la perra, y solucionado", explica el de Lugo, "encantado y nada arrepentido" de la decisión tomada con el perro abandonado.

Pese a que la recuperación física de "Bono" va viento en popa, y no parece que vaya a tener más secuelas que la evidente falta de una pata, Saldaña asegura que al perro se le intuyen comportamientos postraumáticos. "Se le nota falto de cariño y tiene muchos miedos, sobre todo al tren".

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