Tras meses de quejas vecinales y trámites administrativos, los trabajos de demolición de la antigua factoría de muebles Campa comenzaron ayer. Las obras, en las que se dejará al desnudo el solar de la vieja mueblería, se prolongarán cuatro semanas. El primer paso que darán los operarios en los próximos días es retirar el mobiliario y los elementos contaminantes. A partir de ahí comenzará el derrumbe y desescombro, una labor que, probablemente afecte al parque canino de la calle Puerto Pajares.

La primera fase de las obras, que se está ejecutando actualmente, consiste en la retirada de mobiliario y elementos con amianto; una tarea, esta última, que requiere especial cuidado y permiso expreso de Medio Ambiente dados los niveles de toxicidad de este material, antiguamente empleado de manera habitual en la construcción.

Una vez se dé por concluido este paso ya se procederá a desarmar y desescombrar la estructura de la antigua mueblería. Se prevé que los trabajos, que afectarán a una superficie de 7.432 metros cuadrados divididos en cuatro espacios diferentes, se ejecuten por empuje después de haber desmontado manualmente cada zona de las instalaciones. El orden de demolición se efectuará, en general, de arriba para abajo, de forma tal que la destrucción se realice prácticamente al mismo nivel, aumentando así la seguridad tanto de los trabajadores como de las infraestructuras colindantes. La obra se extenderá por un volumen total de 29.120 metros cúbicos.

Pese a que los trabajos se realizarán con la mayor de las garantías y medidas de seguridad a fin de prevenir cualquier tipo de incidente, es probable que en algunas fases de la obra el parque canino de Lugones, que colinda con la otrora mueblería, vea cortada su actividad al menos parcialmente.

Las obras también "afectarán" a una colonia felina que estaba instalada en la vieja fábrica de Campa. Si bien, fuentes municipales aseguran que desde el Ayuntamiento se dio traslado al responsable de los animales para que pudiese sacarlos de allí.

Con el de ayer se espera poner fin a un expediente que llevaba tiempo enquistado en el Ayuntamiento y que traía a los vecinos de cabeza. En los últimos meses fueron muchos los residentes que urgieron al Consistorio que agilizase el derrumbe, ya que la antigua fábrica de Campa era un foco de insalubridad y trapicheo. El punto álgido de estas quejas tuvo lugar el pasado diciembre, después de que en estos terrenos apareciese el cadáver de un hombre.

El pasado verano el Ayuntamiento decidió tomar la delantera en este asunto declarando en ruina la antigua mueblería. Tras casi agotar los plazos administrativos los propietarios de la finca -entre los que se encuentran diversas entidades bancarias y la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancarios, más conocida por su acrónimo SAREB o como "banco malo"- lograron ponerse de acuerdo para asumir la obra.

Otro de los asuntos que preocupa a los vecinos de la zona es el estado de conservación del antiguo economato, anejo a Campa. En este sentido, la concejala de Urbanismo, Noelia Macías, reitera que el edificio no está en ruina y que su propietario -actualmente en concurso de acreedores- está realizando labores de mantenimiento en el mismo. Estos trabajos serán verificados por personal técnico municipal en los próximos días.