El mundo de las miniaturas no deja de sorprender. Sólo pone límite la creatividad, y se puede comprobar este fin de semana en la III Feria de las Miniaturas Casas de Muñecas que acoge la plaza cubierta de Pola de Siero. Aquí todo es mínimo, pero cargado de detalle, precisión y delicadeza.

Un ejemplo son las pequeñas joyas artísticas que salen de los minuciosos y mínimos pinceles de la madrileña Gemma R. Gamboa, que dejan boquiabiertos por la precisión en sus óleos y acuarelas. A pesar de su pequeñas dimensiones, pues el ojo necesita la ayuda de una lupa, se puede ver hasta las pupilas de la mujer de uno de sus retratos, envueltos en elegantes medallones. Pero su arte no queda ahí, reproduce a pequeña escala obras como "Un paseo por las nubes" de Friedrich. También se atreve con la escultura, realizando pequeños bustos.

"Me sale de dentro. Es amor al arte, literalmente", expresa la pintora. Reconoce que aunque es un "trabajo hiperminucioso, también facilita el espacio" para poder guardar tanta obra de arte. Confiesa que se empezó a aficionar por la pintura de pequeñas dimensiones cuando la descubrió en una feria. "Lo vi y pensé que a lo mejor lo podía hacer yo, y me fascina", destaca.

Y de la pintura a la comida, pues en el stand de la asturiana, afincada en Valladolid Loly Rodríguez se encuentra cualquier reproducción de comida a pequeña escala. Sorprende especialmente el jamón, con su jamonero, que realiza su marido, y cuchillo incluido. Llaman la atención los quesos cabrales, con su tabla para cortarlos y otros detalles, al igual que las pequeñas botellas de sidra, las vueltas de chorizos, las pizzas y un sinfín de imitaciones reducidas en miniatura. Cada stand ofrece muchas sorpresas. Estos son sólo dos ejemplos.