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"El miedo a los nuevos controles de gases frena la venta de coches", avisan los empresarios

"Un vehículo diésel emite lo mismo que un gasolina; la nueva norma sólo afecta a los antiguos", aclaran en la feria de Lugones

Yolanda Alexandre, ayer, en la feria del vehículo de ocasión de Lugones. A. F .V.

La nueva normativa aplicada a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), que endurece los controles en los niveles de emisiones de gases, está perjudicando al mercado de compra-venta. Así lo aseguraban ayer diferentes empresarios del sector, reunidos en Lugones con motivo de la I Feria del vehículo de ocasión de la localidad, que se celebra en el parking público de la calle Antonio Machado durante este fin de semana.

Desde el pasado 20 de mayo la ITV española es más exigente, sobre todo en lo que al control de emisión de gases se refiere. Pese a que según los expertos los vehículos que se verán realmente afectados por esta normativa son los diésel del siglo pasado, el mercado general de compra-venta se viene resintiendo "desde hace meses".

Según los empresarios, esta circunstancia viene marcada por una clara desinformación y conocimiento del público general. "Mucha gente dice que no quiere coches de gasoil porque temen que en unos años no pasen la ITV", relata José Ángel Hevia, del grupo Adarsa, uno de los participantes.

Pero la respuesta a esta cuestión es clara y contundente entre los profesionales del sector: "Los vehículos diésel actuales cumplen sobradamente con la nueva normativa". Es más, "muchos contaminan menos que los gasolina", sostienen.

Consideran que esta circunstancia ha hecho que en el mercado, "que se ha anquilosado en los últimos meses", empiecen a predominar los coches de gasolina. También están al alza los de "tamaño medio y cuatro o cinco puertas".

Otra de las circunstancias que está castigando al sector es la recuperación económica. Si el mercado de segunda mano y de ocasión se había visto beneficiado por la crisis, al ofrecer precios más bajos, el aumento del poder adquisitivo unido a la proliferación de marcas "low-cost" ha hecho que cada vez sean más los que opten por estrenar su coche.

Aun así, hay cosas que nunca cambian. "Al final a la gente le importa, sobre todo, el precio", afirma Rubén García, de JMD Motor, quien asegura que muchas veces es difícil llegar a los precios que marca el público, "y que van de los 4.000 a los 7.000 euros".

Dejando el precio a un lado, las principales preocupaciones de los compradores son la seguridad y consumos, "en muchos casos por encima del diseño o la marca". "Cada vez son más los que también preguntan por la domótica y extras del automóvil", apunta Hevia.

Evidentemente, no todo pueden ser malas noticias para el sector, que, consideran, "se ha ganado el respeto del público general en los últimos años".

"Los tiempos de trucaje en el kilometraje de los coches ya han pasado. Hoy en día es imposible hacerlo, todos los datos del vehículo quedan registrados cuando pasan por el taller y también por la ITV", argumenta Yolanda Alexandre, de Mazda.

La de ayer fue la jornada inaugural de la feria, que estará en el aparcamiento público de Antonio Machado hasta el domingo, y estuvo marcada por la lluvia, que restó afluencia de público.

Los profesionales esperan que durante estos días cambien la dinámica porque están convencidos de que los interesados podrán encontrar "muchos chollos".

Además de observar el mercado, los asistentes también podrán disfrutar de una pequeña oferta gastronómica en la feria.

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