El refrán dice que los gatos tienen siete vidas. Y así ha quedado demostrado en Noreña. Si no, que se lo digan a los vecinos de la avenida Flórez Estrada, adonde tuvo que desplazarse una dotación de bomberos para tratar de rescatar a un minino del tejado. La operación, que centró la atención de los viandantes y causó cierto revuelo, tuvo final agridulce: el animal se asustó al ver a los equipos de emergencia y acabó precipitándose al vacío desde un tercer piso. Afortunadamente el felino se levantó y pudo huir de sus "captores" por su propio pie.

Los hechos tuvieron en torno a las 21.00 horas del martes. Una vecina de la avenida Flórez Estrada alertó a los bomberos de que su gato había saltado a la azotea del edificio contiguo y no podía volver a su hogar. Hasta el lugar del suceso se desplazó una unidad de los servicios de emergencia que, con la grúa, llegó a subirse al tejado del edificio, de tres plantas.

Ante la presencia de desconocidos, el animal se asustó y trató de saltar a una ventana del edificio contiguo; pero lo que parecía una maniobra digna del mejor especialista de Hollywood acabó por tener un desenlace casi fatal. El gato resbaló del alféizar de la ventana y se precipitó a la calle. Pero cuando todos esperaban un desenlace fatal, el animal se levantó rápidamente y se metió en un establecimiento próximo.

Inmediatamente, su dueña, que había seguido las maniobras de los bomberos desde su azotea, bajó al establecimiento para ver el estado en el que se encontraba su mascota. Aunque se levantó aparentemente ileso, el felino sangraba por la boca. Algunos testigos decían que era una herida menor, mientras otros especularon con que pudiese tratarse de alguna lesión interna. El estado actual del gato no ha trascendido. Lo que sí está claro es que éste demostró tener, al menos, dos vidas. De momento.