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Asturias, de la "cosechona" de manzana a la escasez: la lluvia estropea la flor

Los recolectores sierenses calculan que recogerán entre el 10% y el 20% de la capacidad de producción de las pomaradas, sometidas en exceso al frío

Casimiro Fernández señala algunas flores que han cuajado en fruto en su finca de Feleches. MARIOLA MENÉNDEZ

"Va a haber poca manzana". Así lo vaticina David Menéndez, presidente del Club Sierense Amigos de la Manzana. Aunque esta campaña ya de por sí no se previa muy abundante por ser año impar -de menor producción por la vecería de los pomares- y por la gran "cosechona" de la temporada pasada, el mal tiempo de esta primavera tampoco ayudó. "Con tanta lluvia, la abeja no sale y no poliniza, así que hubo mucha flor que no cuajó". De este modo, se quedará sin dar fruta, explica Menéndez.

Para el vicepresidente de la entidad, Toni Fernández, la cosecha próxima estará entre el 10% y el 20% de la capacidad total de las pomaradas, muy lejos de las altas cifras del año pasado, cuando la "cosechona" llegó a colapsar los llagares asturianos. "Aunque podando y abonando se corrige la vecería, la meteorología es la que decide", recuerda. Así que tras la gran "cosechona" de 2017, la de este 2018 será más bien floja.

"Empezó floreciendo muy tarde debido al frío que se prolongó en el tiempo y afectó a todos los cultivos. Después hubo un pequeño bache de buen tiempo, en el que aprovechó para florecer, pero al cuajar empezó la lluvia y se perdió mucho fruto", argumenta Fernández. Agrega que ahora están "a la espera de que no vengan granizadas" y la situación empeore mermando aún más la producción.

"Este año lo veo más escaso y atrasado ", pues incluso hay árboles que tienen alguna flor, muestra en su pomarada familiar de Feleches Casimiro Fernández, secretario del Club Sierense Amigos de la Manzana.

"La están perdiendo ya, pero hay alguna variedad aún en flor", destaca. Incluso, enseña algún pumar de su plantación en la que se aprecia, a la vez, flor, flor que no cuajó y los incipientes frutos. "No veo un cuajado abundante", coincide Casimiro Fernández. "Hay poca y está muy pequeña", aunque también es consciente de que por la vecería o alternancia en la abundancia de la producción del manzano "no toca cosecha" y más tras la enorme del año pasado.

Destaca que la abundante lluvia de esta primavera ha provocado que hubiera "una floración muy deficiente", además de que "no cuajó mucho" y que "está muy atrasado". Lo bueno es que, de momento, hay "menos carpocapsa" (polilla del manzano), pero no quita que llegue más tarde esta enfermedad tan temida por los cosecheros.

Jorge García, director técnico de Producción Vegetal de Campoastur, es más optimista. Destaca que en las variedades más tempranas, que florecieron a principios de mayo, "cuajó casi todo". Pero en las más tardías, no se sabe aún, aunque es consciente de que no tuvieron buenas condiciones meteorológicas. Es más, están las pomaradas, "encharcadas" por tanta lluvia, no muy favorable, porque tanta humedad favorece la aparición de hongos. Además, añade, "va retrasado todo porque no acaba de llegar el sol". García reconoce que "no se pude ni segar, ni desbrozar ni aplicar los tratamientos fitosanitarios" que requieren las fincas.

Los expertos destacan que para una buena floración se han de dar dos condiciones: una, la acumulación de frío durante el invierno, y otra, que más tarde se produzca la acumulación de calor con unas temperaturas de la primavera acordes a la época. Una abundante floración supone que la producción vaya en consecuencia, si cuaja. Pero parece que en Asturias no será así.

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