Langreo, L. M. D.

El 1 de agosto de hace 125 años nacía en La Felguera, donde tiene dedicada una calle, uno de los especialistas en psiquiatría más brillantes de la historia de España: Pedro Rodríguez Ponga. Por desgracia para la ciencia, su luz se apagó demasiado pronto. Vivió tan sólo 36 años, en los que le dio tiempo a ser alumno del premio Nobel Santiago Ramón y Cajal, a hacer prácticamente de todo en el mundo de la psiquiatría y a tener dos hijos, fundadores de una saga familiar ligada a la medicina y a la economía.

Pedro Rodríguez Ponga era hijo de un conocido farmacéutico, Estanislao Rodríguez Dorado, que se estableció en 1876 en La Felguera junto a su mujer, Encarnación Ponga. Criado en un ambiente en el que la medicina lo impregnaba todo, nada más cumplir la mayoría de edad partió de Langreo para hacer realidad el mayor sueño de su vida: cursar Psiquiatría en la que, por aquel entonces, era la Universidad más prestigiosa del mundo en esta rama: la de Berlín. A Alemania llegó sin saber nada del idioma. Cinco años después se licenció como número uno de su promoción, algo que no pasó desapercibido para el premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal, del que fue alumno durante un tiempo en Madrid.

Entre los estudios más importantes realizados por Pedro Rodríguez Ponga se encuentran el de las consecuencias cerebrales del exceso de alcohol -determinó científicamente que el abuso de la bebida acarreaba graves consecuencias a medio y largo plazo en el comportamiento de los individuos- y el de que el cerebro, como órgano, es «intervenible» quirúrgicamente. Esta teoría, arriesgada para la época -a principios de siglo el corazón y el cerebro eran «intocables»-, ha acabado demostrándose cierta con el tiempo. Según algunos de sus contemporáneos, de haber podido vivir más tiempo, Rodríguez Ponga podría haberse convertido en otro científico que, como su maestro, Ramón y Cajal, «recibiese el honor del premio Nobel».

Pedro Rodríguez Ponga también fue el fundador de toda una dinastía de brillantes médicos y economistas. Uno de sus hijos, Pedro Rodríguez-Ponga, fue síndico de la bolsa de Madrid entre 1965 y 1977. Su nieto, Estanislao Rodríguez-Ponga, fue secretario de Estado de Hacienda en el último Gobierno del PP en Madrid. Otros parientes suyos, como el fundador de la clínica de La Providencia de Gijón, Rubén Prieto, se dedicaron a la medicina.