Cabañaquinta,

L. CAMPORRO

El anunciado cierre del grupo minero Jovesa, previsto para el próximo 31 de diciembre, supondrá un importante retroceso económico para el concejo de Aller. Ese día desaparecerán 126 puestos de trabajo directos, algo que, sin duda, se dejará notar en todo el municipio y, muy especialmente, en el valle de Río Negro, donde se asientan las instalaciones extractivas.

La explotación del carbón en este área de los montes alleranos comenzó en el ya lejano 1946, siendo una empresa vasca la encargada de ponerla en marcha con el nombre de La Carmina. Después pasó por distintos dueños, hasta llegar a manos de unos empresarios madrileños a quienes se debe el nombre de Jovesa. En la actualidad, con la denominación de Coto Minero Jovesa, las instalaciones son propiedad del asturiano Rodolfo Cachero Pereda. Los últimos veinte años han sido los mejores de su historia en lo que se refiere a producción de carbón, con 82.000 toneladas anuales de un mineral, antracita, de elevado poder calorífico.

El ingeniero de la empresa, Félix Fernández, de Bello, lleva 17 años al frente de la mina, con una plantilla en la que el ochenta por ciento de los trabajadores son alleranos y el resto de otros municipios de la región.

El grupo minero se asienta en la ladera de la montaña, con bocaminas excavadas desde la cota 812 metros, donde se encuentra la primera planta, hasta la cota de los 1.405 metros, correspondientes a la bocamina del piso número 13. Se explota una única capa de firmes y sólidos hastiales con una potencia media de un metro de veta de mineral. La presencia del grisú es totalmente desconocida, lo que incrementa los niveles de seguridad de la plantilla.

Los nuevos planes del Gobierno central para el carbón han afectado a esta empresa, que cesará su actividad extractiva a finales de año, pasando algunos de los obreros a prejubilaciones mientras que el resto serán excedentes con derecho a ser recolocados en Hunosa.

En estos momentos, más de la mitad de la plantilla ya ha abandonado los tajos, mientras que los que siguen en activo se encargan de labores de recuperación de material en los más de veinte kilómetros de galerías excavadas.