Pola de Lena,

David MONTAÑÉS

Un grupo de empresarios prevé iniciar en un plazo de dos meses en Campomanes (Lena) la ejecución de un ambicioso proyecto residencial para personas dependientes. La actuación cuenta con una previsión de inversión de 20 millones de euros y plantea el desarrollo de equipamientos para dar servicio a más de 200 personas. El Instituto del Carbón ha respaldado esta ciudad geriátrica con una subvención de algo más de 1,3 millones de euros.

Los promotores del proyecto son el abogado y empresario lenense Juan Carlos Riera e Ignacio Fernández-Cid, economista madrileño fundador del grupo Casablanca, con una importante implantación en España dentro de la gestión de centros para mayores y dependientes. Según explicó ayer el primero, la actuación lleva fraguándose desde hace cuatro años. En principio, la propuesta consta de dos fases. En una primera intervención se construiría una residencia para dependientes con 110 plazas y un centro de día (30 plazas). También se contempla levantar 12 apartamentos tutelados con servicios para personas con problemas de movilidad (24 plazas). En un segunda fase se añadirían otros 66 apartamentos.

Este complejo se levantará en las proximidades del viejo palacio de Campomanes. La promotora ya ha adquirido los terrenos. Esta prevista la ocupación de unos 15.000 metros cuadrados anexos al casco urbano de la localidad, concretamente, entre las calles Trambasaguas, Mercadiechu y Peña Chago. Los responsables de la iniciativa explicaron a este diario que los inmuebles contarán con amplias zonas verdes y con los últimos avances y tecnología para personas dependientes.

La inversión total para esta pequeña ciudad asistencial es de 14 millones de euros para la primera fase, y otros 6 millones para su continuación. En principio, el equipo inversor prevé que el proyecto genere aproximadamente 100 puestos de trabajo directos (72 en la primera fase y 28 en la segunda fase).

La intención inicial de los promotores es llegar a un acuerdo con el Principado para firmar algún tipo de convenio para la explotación de las instalaciones. «Llevamos trabajando muchos años en este proyecto y si todo marcha según lo previsto las primeras obras deberían arranca en breve, antes del verano», matizaron.

La empresa que apadrina la iniciativa ya ha adquirido las fincas sobre las que se desarrollará el plan. La intención de la firma es absorber la demanda asistencial que actualmente existe en el territorio y, una vez cubierta, ampliar el radio de actuación a toda la región. Destacan que la elección de Campomanes como sede ayudará a dinamizar económicamente el concejo.

La localidad de Campomanes, ubicada a poco más de seis kilómetros de Pola de Lena, se encuentra al inicio del valle del Huerna, con buenas comunicaciones con la autovía Oviedo-Campomanes. En estos momentos, la parroquia cuenta con poco más de 900 vecinos.

El gran complejo geriátrico que se quiere construir en Campomanes guarda muchos paralelismos con el proyecto que el Montepío de la Minería Asturiana prevé desarrollar en Felechosa, en el concejo de Aller. Este equipamiento contará con más de 250 plazas y generará, como en el caso de Lena, más de cien empleos sólo en el área de atención sanitaria y geriatría. La instalación ocupará una parcela de unos quince mil metros cuadrados, los mismos también que los reservados en Campomanes, localizados a la salida de Felechosa en dirección a San Isidro. El proyecto incluye un balneario, un hotel y numerosas zonas verdes de ocio.

El Montepío, entidad vinculada a quince mil familias asturianas, trabaja para que el centro se convierta en un referente del cuidado a personas mayores. La intención es dotarlo con equipamientos exclusivos, como una amplia zona de balneario y spa con piscina, zonas de hidromasaje y distintos vasos y áreas de baño, en los que se proporcionarían a los usuarios tratamientos de hidroterapia. Todo ello es accesible para minusválidos. La inversión se completaría con rutas exteriores de paseo, con aparatos de gimnasia y amplias áreas verdes, en las que habría jardines, barbacoas e incluso pequeñas huertas para los residentes. También se baraja poner en marcha un pequeño hotel que podría ser utilizado por familiares de los residentes.

Los promotores del proyecto lenense puntualizaron que su iniciativa es «anterior» a la allerana y no manifestaron ninguna preocupación ante una posible incompatibilidad.