Campo de Caso, M. Á. G.

El empuje turístico de Redes y el desarrollo del sector servicios ha permitido ampliar la actividad económica dentro del parque natural y consolidar de manera pausada pero continua nuevos campos de riqueza. La Universidad de Oviedo -en el estudio elaborado por el Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot)- detecta un progreso de la renta familiar por habitante y una diversificación del tejido productivo. El informe, realizado por encargo de la Consejería de Medio Ambiente, señala positiva tendencia experimentada por el sector de la construcción, así como el fortalecimiento de la industria manufacturera y el potencial de la actividad cinegética. En cambio, alerta de la rápida pérdida de peso del sector primario y de la bajada en el aprovechamiento comercial de los recursos forestales.

El Indurot explica en las conclusiones de su informe sobre el parque que el sector primario, «fuertemente especializado en la ganadería de vacuno con orientación cárnica de calidad, está perdiendo peso de manera rápida y continuada dentro de la generación de renta y actividad dentro del parque». En la misma línea, el estudio apunta que, desde la declaración del parque, han desaparecido cerca de la cuarta parte de las explotaciones de vacuno. Además, se ha reducido «de forma acentuada» la presencia de ganado ovino y caprino en las explotaciones.

La evaluación de los expertos de la Universidad también constata que la pérdida de empleos agrarios sigue siendo «continua». Además, la productividad no experimenta mejoras claras y el tamaño medio de las explotaciones ha tenido sólo incrementos «más bien tímidos, que ni siquiera en los años de mayor número de cabezas ha alcanzado los umbrales que aseguran la rentabilidad de las explotaciones. Por otro lado, el documento apunta que la prácticas ganaderas extensivas a través del aprovechamiento estival de pastos para vacuno ha descendido ligeramente en los últimos años. La nota positiva es que detecta cierto rejuvenecimiento en la edad de los titulares de las explotaciones.

Por su parte, la industria, que en los años previos a la declaración del parque natural había perdido pujanza, ha recuperado peso dentro de tejido productivo del parque gracias al empuje de las industrias manufactureras vinculadas a talleres de artesanía, transformación de la madera y producciones agroalimentarias como cárnicos, lácteos, miel, repostería o panadería. El sector de la construcción ha experimentado un progreso firme y constante desde 1998. Según el Indurot, este comportamiento se debe a «la intensa actividad restauradora y de mantenimiento de la edificación tradicional», así como la obra pública de «desarrollo y mejora de infraestructuras y núcleos rurales» promovidos desde la Administración regional.

El papel protagonista del sector servicios queda reflejado en los datos. Este ámbito acapara la mitad de la renta generada por la actividad económica del parque y emplea a casi el 50 por ciento de la población ocupada que reside en el parque. Sin embargo, entre 2000 y 2004 (último año analizado en este apartado del estudio), los servicios han dado síntomas de estancamiento con una ligera caída de la productividad. Entre la ramas más pujantes figuran la hostelería, servicios a la comunidad y actividades inmobiliarias y de servicios empresariales. En este capítulo, el estudio de la Universidad destaca el rol desempeñado por las ayudas del plan «Proder» para encontrar nuevos yacimientos de empleo y actividad.

Madera

El informe del Indurot también destaca el potencial del sector maderero y de la caza. El documento certifica que el aprovechamiento comercial de los recursos forestales se mantiene «muy vinculado al castaño, y relativamente estable», aunque las cortas han descendido en 2006. Por su parte, se está incrementando de manera progresiva la explotación por parte de los vecinos de la leña de los montes de utilidad pública, «aunque el aprovechamiento está lejos de los umbrales máximos autorizados por el PRUG (plan rector de uso y gestión)» del parque de Redes.

En el capítulo cinegético, el estudio apunta que «desde 2003, la intensidad bruta del aprovechamiento cinegético ha aumentado respecto a los niveles de años anteriores, tanto en términos de capturas como de cacerías celebradas», fundamentalmente de venado. La caza de jabalí y corzo se mantiene estable. Además, el cumplimiento del plan anual de caza «ha sido satisfactorio, superior al 90 por ciento de lo programado». El informe subraya que todos los parámetros analizados «ponen de relieve la elevada riqueza de las reservas regionales de caza integradas dentro del parque, una gestión eficaz además como medida de control de daños».

Por último, el Indurot explica que el crecimiento económico ha permitido un «progreso favorable» de la renta regional, aunque el aumento no ha sido suficiente para alcanzar los niveles medios de Asturias.